La verdad sobre Eva Sannum
Víctima inocente de la maquiavélica manipulación de un grupo de pseudo cortesanos y otros oscuros personajes del mundo mediático español.
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Si sólo son unos pocos los que conocen a los sombríos personajes que lanzaron la campaña de acoso y derribo de Eva Sannum, durante los casi 4 años que mantuvo una relación con el príncipe heredero español, muchos menos son los que saben como es ella en realidad.
Eva Sannum, más conocida en España como Eva de Noruega, es una sencilla y educada joven estudiante noruega de carácter amable, lacónica, tierna y discreta, muy sociable y sobre todo, bastante tímida.
Así se puede describir a la verdadera Eva Sannum, que hasta que conoció al príncipe Felipe, era una persona anónima que vivía en Oslo sin molestar ni meterse con nadie, estudiando y trabajando como cualquier otra joven de su edad.
Presa de caza de los perros de la Prensa
La joven hubiera pasado totalmente desapercibida para el resto del mundo si no fuera porque mantuvo una relación sentimental con el heredero de la corona de España. La paz y tranquilidad que disfrutaba en la capital nórdica llegó a su fin a partir del verano del 98. De la noche a la mañana Eva Sannum en la presa de caza más buscada por los sabuesos de la Prensa y los cámaras de las televisiones de toda España.
Eva apenas podía salir de casa sin que la jauría de periodistas y fotógrafos se le echara encima. Cuando conseguía abandonar el portal del edificio donde estaba el apartamento alquilado en el que vivía, las hordas de perseguidores corrían detrás de ella por las calles de la ciudad como si persiguieran una alimaña.
Insoportable e inhumano.
El afán que todos tenían por conseguir una foto de esta joven sin pasado y de la que no se conocía una relación sentimental anterior, hizo que uno de los fotógrafos saltara sobre el capó del coche de un profesor de la escuela donde estudiaba, cuando éste estaba parado delante de un semáforo. Un hecho insólito por estos lares nórdicos y sólo porque dentro del vehículo iba Eva Sannum, que acababa de ser rescatada por el profesor en la acera de su casa, cuando trataba de huir de los cámaras que la perseguían.
Su padre Björn Sannum, harto de ver lo que estaba padeciendo su hija, exclamó muy enfadado: «esto ya es demasiado». Un día, una de las alumnas de la escuela de publicidad, donde Eva asistía a clase, gritó enfadada a los fotógrafos: «¿por qué no se van todos de una vez a sus casas y nos dejan en paz?»
La marcada timidez y el tranquilo carácter nórdico de la joven le impedían reaccionar ante el acoso. Cuando corría calle abajo, tratando de huir de sus perseguidores, se podía ver el miedo reflejado en su rostro, que en muchas ocasiones daba la impresión que estaba al borde del pánico.
Fue tanto el acoso mediático al que Eva estuvo sometida, especialmente por los lacayos de dos conocidas agencias de Prensa españolas; (Europa Press Televisión y Korpa), que hasta el director de la Policía noruega dijo en una intervención, ante las cámaras de la televisión de su país, que se habían sobrepasado todos los límites y que lo que estaban haciendo los fotógrafos y periodistas españoles en Oslo era «algo inhumano».
El policía dijo también que sólo estaba esperando una palabra de queja por parte de Eva, para poder detener y expulsar del país a sus acosadores. La persecución y acoso a Eva Sannum se había convertido en un caso de orden público y la joven, tal vez por evitar males mayores, nunca llegó a presentar una denuncia.
Carne de cañón para los buitres del cotilleo.
Eva Sannum fue, y que tal vez sigue siendo, carne de cañón que servía para alimentar las miles de páginas de cotilleo de los diarios y revistas españolas. Su nombre estuvo en boca de todos los contertulios de todos los programas de radio y televisión. Todos se cebaron con Eva y todos se inventaron historias inexistentes sobre ella porque ninguno de los que opinaban se molestó en conocer la verdad sobre esta estudiante noruega, que durante un tiempo fue la mejor candidata a ser un día la futura reina de España.
Sólo dos periodistas españoles, residentes ambos en los países nórdicos, que además dominan los idiomas de estos países tras muchos años de residencia en ellos, conocen al dedillo las formas y la idiosincrasia de los escandinavos. Ninguno de estos dos periodistas participó en el acoso mediático contra Eva Sannum. Ambos se avergonzaban del salvaje comportamiento de sus colegas venidos de España.
Estos dos periodistas se sumaron a las protestas que hicieron las organizaciones de Prensa escandinavas contra las actuaciones de los españoles. No se puede hacer a nadie lo que los españoles hicieron a Eva Sannum en Oslo, cumpliendo órdenes de sus ocultos jefes en España.
Las falsas y manipuladas noticias.
Todas las crónicas originales que los dos reporteros residentes en Escandinavia enviaron a sus respectivos medios, fueron manipuladas y tergiversadas en las redacciones. Todo con la intención de adaptar lo que sucedía al interés de un público ávido de morbo, que disfruta con los escándalos que genera el «famoseo» de la España de la pandereta. Además, cuando los piratas y cotillas de las televisiones españolas ya no tenían nuevas informaciones que manipular, contaban bulos e inventaba historias sobre la joven noruega. Muchas veces toda sestas mentiras estaban destinadas a herir los sentimientos del príncipe Felipe.
De esta manera, en Enero del 2002, una agencia de noticias española (Europa Press), muy afín a los cortesanos y otros personajes de la sociedad española que intentaban influir en la elección de la compañera sentimental del heredero español, emitía una noticia donde aseguraba que Eva Sannum había sido vista en un cine de Oslo en compañía de Christian Ingebrigtsen, el cantante de la banda de rock noruega A-1.
Unas horas después, Inger Ingebrigtsen, madre del roquero, decía por teléfono a JM Noticias: «Mi hijo está en Londres trabajando con su banda y el fin de semana pasado yo he estado con él allí. Así que, te puedo asegurar que Christian no conoce a Eva Sannum».
A pesar de este claro desmentido, que se emitió en dos programas de TVE, la conocida revista del saludo (Hola) publicaba días después en su portada una foto de Eva Sannum en Barcelona, que estaba allí en compañía de un grupo de profesores y compañeros de estudios. Esta revista, que presume de tener las informaciones de primera mano, se tiraba a la piscina afirmando, sin haber cotejado la noticia, que Eva iba acompañada del cantante roquero noruego y que éste era su novio.
La verdad era muy distinta. El personaje que aparecía en la foto era Stein Kvar, uno de los profesores de la escuela de publicidad de Westerdal de Oslo, donde Eva cursaba su estudios, y además era el propietario de la agencia de publicidad Flugkage, donde la joven estaba haciendo sus prácticas.
Este grupo de estudiantes y profesores se había desplazado a Barcelona en viaje de estudios. Sólo los programas de TVE emitieron las declaraciones del profesor desmintiendo la historia que publicaba la revista del saludo. La foto de Eva Sannum en Barcelona había sido vendida por la misma agencia que difundió la falsa noticia de su relación con el roquero Ingebrigtsen.
Esta fue una de las muchas y vergonzosas manipulaciones y falsas historias sobre la joven que fueron publicadas en las revistas y emitidas en las diferentes cadenas de televisión, sumadas a las declaraciones de una señora que, habiendo visto pasar a Eva Sannum por las calles de Barcelona, se vanagloriaba ante las cámaras de haberla escupido y llamado «puta» a la cara. La campaña mediática de desprestigio y acoso a Eva Sannum y millones de españoles, influidos por tantos comentarios y mentiras, empezaron a «odiar» a la joven noruega sin tener idea de quien era.
De una pluma salen cinco gallinas.
Un tanto de razón tienen los daneses cuando dicen que «de un pluma salen cinco gallinas»». El caso más flagrante de intoxicación mediática a base de deliberadas mentiras lo protagonizó un diario madrileño de tirada nacional.
El periódico El Mundo contaba en un reportaje, plagado de falsos detalles, que el príncipe Felipe y Eva Sannum habían estado en un crucero de lujo que navegaba por el Báltico y además, que un día muy concreto estuvieron cenando en un «lujoso restaurante» en Nyhavn, la conocida zona turística de Copenhague, en Dinamarca.
Una historia que para los profanos podía ser perfectamente creíble, porque estaba bien montada, pero en realidad no era más que una larga sarta de mentiras sin pies ni cabeza, salida de la manipuladora fantasía del periodista de turno, ansioso tal vez de colgarse medallas a costa de contar historias morbosas sobre la relación de la pareja.
La descripción que se hacía del crucero estaba textualmente copiada, y además mal traducida del inglés, de un folleto turístico de la compañía naviera propietaria del barco. En las fechas que se citaban el reportaje, ni el buque había estado Copenhague, ni había recalado en Roskilde, ya que era físicamente imposible.
Tampoco existía el «lujoso restaurante» en la capital danesa, como decía el diario. Se trataba de una taberna que tiene una terraza en el exterior. Tampoco existieron los supuestos «camareros» que según decía el periódico, fueron los únicos testigos directos del encuentro de la pareja en una de las zonas turísticas más visitadas de la capital danesa.
Y es que estos supuestos «camareros» eran sólo unos «kamerater», que en noruego o danés significa «camaradas» o «amigos», que se encontraban ese día en este bar danés, hartos de cerveza, e intentando ligar con unas chicas de su país.
Esa noche, según se pudo comprobar días después JM Noticias, alguien les ofreció mil coronas (25.000 Pts), si aceptaban afirmar con su propia voz y por teléfono, – los únicos entre todos los clientes del local – que delante de ellos podían ver como el príncipe Felipe y Eva Sannum estaban cenando juntos en una mesa de la terraza del bar.
Ante la perspectiva de poder seguir bebiendo más cerveza con el inesperado dinero que les ofrecían, los cuatro amigos aceptaron hacer lo que les pedían, o sea, contar una mentira más sobre la relación de la joven noruega con el heredero español.
Días después, tras volver a Noruega, los cuatro «kamerater» revelaron la verdad de los hechos en las páginas de un diario noruego, diciendo que bebieron gratis gracias a la generosidad del individuo que les pagó 1000 coronas por contar una mentira.
Por otra parte, el mismo día y a la misma hora que supuestamente, según contaba El Mundo, el príncipe Felipe estaba con su novia en la terraza en Copenhague, éste se encontraba a 800 Km. más al norte, precisamente en Suecia, viendo un espectáculo al aire libre como invitado de la fiesta de cumpleaños de la princesa Victoria de Suecia. El príncipe Felipe estaba sentado en primera fila junto la familia real sueca y el espectáculo estaba siendo retransmitido en directo por la televisión. Ningún medio español se molestó en desmentir la historia que contaba El Mundo, a pesar que estaba demostrado que era falso.
La última canallada.
Eva Sannum siempre destacó por su discreción y nunca ha hecho ni un sólo comentario sobre su relación con el príncipe Felipe. Pero aún así, también se han manipulado sus palabras en la traducción al español. En unas declaraciones realizadas durante un debate sobre los métodos de la Prensa, que fueron emitidas en un canal de la televisión noruega, Eva hablaba sobre el acoso que hacían los periodistas.
La joven dijo en noruego las siguientes palabras: «yo he sufrido el acoso porque conocía a una persona famosa». En la traducción que se hizo en España, y que publicaron y emitieron los medios españoles, se ponía en boca de Eva la siguiente frase: «Me he hecho famosa por mi relación con el príncipe Felipe». ¡Qué vergüenza de manipulación! ¿Por qué no se decía la verdad? ¿Por qué querían hacer tanto daño?
La historia de Eva de Noruega.
Eva Sannum nació en Lövenstad, una pequeña localidad al sureste de Oslo, dentro del seno de una típica familia noruega de clase media-baja. Eva y su hermana Linda fueron el fruto del matrimonio entre Victoria Jounum y Björn Sannum. Para sus padres, las dos niñas fueron y seguirán siendo sus pequeñas princesas. Sobre todo para su padre Björn, que dice estar muy orgulloso de tener dos hijas tan guapas y que ambas se merecen lo mejor de la vida.
Como todos los padres, Björn Sannum defiende a capa y espada a sus hijas. Ellas son sin lugar a dudas los mejor del mundo y no considera que el calificativo de «normalita» corresponde con su hija. Para él, Eva es una chica brillante, extrovertida y, aunque ambos mantienen una buena relación, no duda en afirmar que su hija no es ninguna diva del escenario, pero sí es una chica muy guapa e inteligente.
Cuando era pequeña Eva dormía mal por la noche y, para calmarle el llanto, su padre la arrullaba en sus brazos, algo que a la niña de sus ojos era lo que más le gustaba. A Eva la llamaban en su casa «stumpen», un apelativo cariñoso que en noruego significa algo así como «cachito» o «trocito». Pero Eva ha crecido y ahora le da vergüenza que la llamen así delante de los amigos u otros miembros de la familia.
Una infancia normal.
Los primeros años de su infancia los pasó en Kurland, en el término municipal de Lörenskog, un poco más cerca de la capitala. Eva aprendía con facilidad y empezó a estudiar en la escuela pública de Haugenstua, un año antes que el resto de las niñas de su edad.
Cuando tenía 10 años, y por los avatares de la vida, la llevaron a vivir la separación amistosa de sus padres. Poco tiempo después, su madre se fue a vivir a la isla griega de Rodas, junto a Franciscus Kulumbris, un empleado de hostelería griego que se convertiría en su padrastro.
Fue en esas fechas cuando Eva y su hermana Linda se trasladaron, junto con su padre Björn, a vivir a un pequeño chalé adosado en Stovner, un barrio del norte de Oslo. Junto a ellas se también a vivir Grette Gerhadsen y su hija Hilde, una empleada de banca y nueva compañera sentimental de su padre Björn.
Aunque Eva era la pequeña de la familia, no tenía problemas con sus hermanas. Con Linda, un año y algo más mayor que ella, se llevaba a las mil maravillas. También se llevaba bien con su hermanastra Hilde, que tiene dos años más. Las buenas relaciones entre las chicas tenían una excepción; cuando Eva decidía meterse en los armarios de sus hermanas para ponerse sus vestidos.
Durante los meses de verano la familia Sannum al completo solía pasar las vacaciones en Jelöya (La isla de Jel), un lugar de veraneo no muy lejos de la capital, en Östfold, al sureste de Oslo. Llevaban una vida normal, para una familia normal, dentro de la sociedad noruega.
Trabajo y colegio.
Cuando Eva tenia 15 años empezó, como todos las jóvenes de su edad, a compaginar la escuela con algunos trabajos eventuales. En vez de repartir periódicos o cuidar niños, la joven se sentía atraída por la moda y hasta consiguió hacer algunos pases de modelos en los centros comerciales.
Cuando terminó, y con buenas notas, la escuela de continuidad, Eva pasó a la universidad para estudiar idiomas. Allí completó un primer ciclo preparatorio de mejora preuniversitaria y se dedicó a estudiar idiomas como asignaturas independientes. Al mismo tiempo decidió, como hacen las jóvenes noruegas, tomarse un poco de independencia familiar y dado que su hermana Linda tenía un apartamento alquilado para ella sola, se fue a vivir con ella.
Entre estudios y trabajos Eva aprendió otros idiomas. Para los nórdicos es muy normal que una joven de hoy día hable al menos dos o tres lenguas distintas, además del noruego. El inglés y el alemán son lenguas obligatorias en la escuela, así que Eva aprendió también un poco de francés como tercera lengua extranjera. Gracias a las visitas que hacía a su madre en Grecia, se le pegó algo del griego y también un poco de español, debido a sus estancias en Madrid, aparte del italiano de cuando estuvo en Milán.
En el difícil y arriesgado mundo de las modelos Eva Sannum tuvo su oportunidad más seria a los 19 años. Fue gracias a Eivor Överbö, directora de Team Models, la agencia para la cual a veces todavía trabaja en Oslo. Con sus 176 cms. de estatura, según la ficha de la agencia, la joven tiene un tipo ideal, además de sus ojos azules y pelo castaño, calza un 39 y usa la talla 36/8.
En las fotos de la agencia su rostro puede aparentar cierta frialdad, pero su mirada es dulce y posee una sencilla y natural elegancia. Compartiendo los estudios con los trabajos, Eva pudo viajar a menudo y pasó cortas temporadas en lugares del mundo como Hamburgo y Munich en Alemania, Milán en Italia, Londres, Miami, Ciudad del Cabo en Sudáfrica y también en Madrid. Eva Sannum nunca ha sido una modelo destacada, pero en su país ha tenido trabajo haciendo «spots» publicitarios. Además, la joven sabe cocinar y esto, en Noruega, ya es un milagro.
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Aviso a las televisiones, revistas y demás medios españoles que «fusilan» todo lo que encuentran en Intrenet. La copia de esta historia o su información se considera un robo y así será denunciado si es utilizada en otro medios sin permiso o previo pago. Hacer esta historia ha llevado varias horas de trabajo y días enteros de recopilación de información y material. No está permitida la cita. ¡Trabajad en vez de copiar que hacer todo esto cuesta!
Yo fui una de las «tontas» que segui la corriente a los que decian sobre Eva Sannum que era una oportunista nieta de un carpintero de Noruega. Nunca mas creeré a los que critican sin mas,ya me formaré mi propia opinión con mis propias observaciones. Pero gracias a eso esta chica se ha librado de una buena. Fuimos muy injustos con ella.Yo no me lo perdono. Linchar porque sí es una injusticia que no quiero para mi. Suerte para ella y excelente y clarificador artículo.