Los negocios millonarios del rey sueco
Un programa de la TV sueca revela los negocios inmobiliarios del rey Carlos Gustavo de Suecia.
© Miguel Mielgo – JM Noticias
A los ciudadanos suecos no les ha hecho mucha gracia saber que el año pasado su querido, y hasta cierto punto respetado rey Carlos Gustavo, consiguió aumentar su fortuna personal en 1,65 millones de Euros hasta un total de 24 millones, a base de hacer negocios inmobiliarios y la explotación de una finca agrícola, por la que recibe subvenciones de la UE por valor de 700.000 Euros al año.
Unas cifras de negocio que han puesto los pelos de punta a los ciudadanos de este país nórdico, ya que no hay nada que más irrite a los suecos que alguien se enriquezca a cuenta del bolsillo de los contribuyentes.
«El rey no sólo es rey, sino también un espabilado hombre de negocios», dice el diario sueco Expressen, después que el canal TV4 de la televisión sueca, emitiera un programa donde ponen al descubierto las millonarias cuentas del monarca.
Los periodistas de Kalla Fakta, algo así como «hechos en frío»o «las cuentas claras», no dudaron un instante en hurgar en todas las operaciones empresariales e inmobiliarias del rey Carlos Gustavo de Suecia, además de las que llaman «especulaciones fiscales» o sea, operaciones de compra-venta que se hacen para evitar pagar impuestos. Los resultados sorprendieron a todos.
Cada año, – explica el Expressen – el rey recibe la nada despreciable cantidad de unos 100 millones de coronas (unos 11 millones de Euros) de las arcas del Estado, como asignación económica personal. Esto es lo que se llama «apanage»o sueldo del Rey.
Pero a esta cantidad hay que añadir los 50 millones de coronas (más de 5 millones de Euros) que el rey obtiene anualmente por cobrar la entrada a sus palacios y jardines.
Un dinero marcado que tiene que cubrir todos los gastos. Desde el mantenimiento de los castillos y mansiones, hasta los gastos de representación de la familia real y privados.
Esto significa que Carlos Gustavo de Suecia no necesita gastar su fortuna o patrimonio personal, que asciende a más de 220 millones de coronas (24 millones de Euros), para vivir cómodamente, e invierte su dinero en negocios inmobiliarios, que el año pasado le reportaron un beneficio neto de más de 15 millones de coronas (1,65 millones de Euros).
«El Rey se involucra en sus negocios y se mantiene informado de todo lo que se hace en el momento» afirmó Bengt Telland, el superintendente de la Corte.
Los millones que el rey le saca al campo
Carlos Gustavo de Suecia tiene también en usufructo la explotación de Stenhammar (Martillo de Piedra). Una finca propiedad del Estado sueco que está situada en la localidad de Mälardalen (Valle de Mälar). En esta finca hay unas 150 casas, de las cuales al menos 20 están alquiladas, además de una cría caballar y una importante producción agrícola.
Según asegura el programa Kalla Fakta en la TV4 sueca, la finca es un buen negocio porque la UE subvenciona la explotación agrícola con 7 millones de coronas al año, el equivalente a unos 700.000 Euros.
Por otra parte también ha hecho un ventajoso trueque, cambiando 268 hectáreas de bosques por otras 150 de terreno cerca de la ciudad. Un terreno que está situado en la comuna de Flens. Este cambio de propiedades apunta a una posible especulación del suelo, porque los bosques son siempre rentables en Suecia y el monarca saca anualmente una millonaria pero no especificada cantidad, por la explotación forestal del latifundio.
Sin embargo, lo que más llama la atención de esta finca del Estado, pero que explota el rey, es que el monarca sólo tiene que pagar 1.000 coronas al año (100 Euros) por su arrendamiento. Esto se debe a que se aplican unas condiciones de alquiler que ha sido fijadas en un testamento que lleva vigente desde antes del año 1900.
La especulación fiscal
Aparte de los ingresos que genera la finca de Stenhammar, el rey Carlos Gustavo de Suecia ha hecho algunos negocios inmobiliarios que le han reportado grandes beneficios.
Un ejemplo de ello es el edifico situado en el número 24 de Skeppsbron, en el centro de Estocolmo, que era de su propiedad y generaba más de 2 millones de coronas (220.000 Euros) de alquileres.
El año pasado, el rey vendió el edificio a su propia empresa, Drakens Gränd, por un total de 28 millones de coronas. Esta venta le supuso unas perdidas aparentes de unos 10 millones de coronas, pero todo se hizo como parte de una operación de especulación fiscal.
Unos meses después, esta misma empresa volvió a vender el edificio. Esta vez el comprador era externo y la cantidad pagada fue 40 millones de coronas (4,4 millones de Euros). De esta manera, el Carlos Gustavo se libró de tener que pagar más de medio millón de coronas en impuestos de plusvalías.
«Fue un buen negocio porque se ganó dinero y además, la casa ya había dado beneficios cada año desde que la compramos en los años 80» explicó Bengt Telland, el administrador de los negocios reales del rey Carlos Gustavo.