Victoria de Suecia se casará el próximo verano
El Rey no impide el compromiso, la Casa Real niega que haya preparativos y es la propia princesa la que retrasa el anuncio.
© V. de los Espadas – JM Noticias
Todos los expertos nórdicos afirman que el próximo verano la princesa Victoria de Suecia convertirá a su novio Daniel Westling en príncipe consorte.
La mayoría de los suecos también están convencidos que su Princesa Heredera no estará sola cuando el próximo 14 de Julio celebre su 32 cumpleaños en la isla de Öland.
Pero el anuncio de compromiso se hace esperar y mientras que la Casa Real sueca asegura que no hay preparativos, todas las apuestas se inclinan a que muy pronto se anunciará la fecha de la boda.
Y es que Victoria de Suecia, que tiene 31 años, y Daniel Westling, que cumple 35, llevan ya casi siete años juntos y no pueden seguir esperando.La princesa tiene el deber de dar un heredero a la Corona y el reloj biológico no se puede detener. Los años no pasan en balde para Victoria y para que sus hijos puedan ser herederos deben de nacer dentro de un matrimonio legítimo.
Según la experta danesa Trine Villemann, «la pareja se casará antes del verano» y según el especialista noruego Kjell Arne Totland, «si el próximo verano no están prometidos es que ya se han casado»
En Suecia también más de lo mismo. En un artículo que firma el reportero de la realeza Johan T. Lindwall, suplica al rey Carlos Gustavo que deje que su primogénita pueda mostrar públicamente su amor a Daniel.
«Rey, tú que has aceptado a Daniel, demuestra lo mismo a los suecos. Piensa en el éxito que tendrás si te saltas un poco las reglas. Deja que tu hija tenga al que más quiere. Deja que Daniel tenga su princesa y la mitad del reino» escribe Lindwall.
¿La culpa es del Rey o de la Princesa?
Sin embargo, no parece que sea el rey Carlos Gustavo el culpable de poner impedimentos al matrimonio de su hija. En una cacería de alces, celebrada la semana pasada en Suecia, los periodistas preguntaron al monarca si no le gustaría «salir de caza con su yerno». El rey contestó que «para tener yerno primero tiene que haber una boda». Sus palabras fueron interpretadas como si no estuviera de su mano el hecho de que su hija todavía no se haya casado.
En el diario Aftonbladet son de otra opinión y una de sus periodistas asegura que si el Rey no concede a Victoria el permiso para casarse, no se debe a que Daniel sea un plebeyo sino a que «el Rey cree que es un problema que Victoria se case con un tipo corriente», dice la reportera Catarina Hurtig.
La periodista, a la que no parece que Daniel Westling, le caiga bien, explica en su artículo que «Victoria ha decidido esperar» y que hay tres motivos por los que todavía no se ha anunciado la boda.
El primero, dice Hurtig, es que «a Daniel no le gusta viajar». El segundo es que el joven empresario «no quiere cortar cintas en las inauguraciones» y el tercero; «que a Daniel no le gusta asistir a banquetes y comidas de representación».
Tres solemnes estupideces, ya que no se puede decir que sean argumentos de peso, y que cualquier lector con dos dedos de frente calificaría de irrelevantes para el caso. Ya se sabe que para destacar hay que decir sandeces y crear polémica.
Magdalena, cansada de esperar, se enfrenta a su hermana.
Y mientras que las cosas no parece que estén muy claras con respecto a la fecha concreta de la boda, la primera interesada en que Victoria se case lo antes posible es su hermana, la princesa Magdalena. La hija pequeña de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia también tiene planes matrimoniales y hace tiempo que quiere casarse con su novio, Jonas Bergström, porque desea tener una familia con muchos niños.
Aunque no existe una ley que prohíba a Magdalena casarse antes que su hermana Victoria, la benjamina está enfadada porque todas sus amigas ya se han casado y ella no, ya que tiene que seguir esperando a que su hermana mayor lo haga antes por razones de protocolo.
Por otra parte, los diarios suecos informaban la semana pasada de la fuerte «disputa a voces» que tuvieron las dos hermanas delante de sus respectivos novios en las estancias del palacio de Drottningsholm, la residencia de la Familia Real en Estocolmo.
Por lo visto Magdalena le dijo a su hermana que si no renunciaba al Trono, al menos tuviera la valentía de casarse aunque fuera en contra de la voluntad de su padre o del protocolo. Victoria, tranquila y calmada, le dijo a su hermana que se callara y le recordó que «nobleza obliga».
Pero «Madde», lejos de seguir el consejo, debió perder los estribos y comenzó a discutir a gritos con Victoria, mientras decía palabras subidas de tono. Una fraternal disputa que finalizó con el sonoro portazo que Magdalena dio al salir de la estancia, mientras gritaba «Pues yo haré lo que me da la gana»
Cotilleos sobre los invitados.
Y mientras se fija la fecha de lo que sin duda será el acontecimiento del año en Suecia, donde de nuevo se podrá ver a todos los miembros de la realeza europea juntos, las malas lenguas ya han comenzado a especular sobre los invitados.
¿Vendrá Alberto de Mónaco acompañado de Charlene o quedará con alguna de sus amigas modelos noruegas o finlandesas?. ¿Habrá aprendido el protocolo Marie de Dinamarca cuando venga con su marido Joaquín?. ¿Estará de nuevo embarazada Máxima de Holanda y acudirá con su bombo y toda la prole de niños?. ¿Volverá Letizia a dar el cante con su vestido rojo y positura de diva de Hollywood, como ya lo hizo en la boda en Copenhague?. ¿Se caerá Mette-Marit al pasar por la alfombra roja?. A esperar que pronto habrá habladurías para dar y tomar. ¡Esto es pan y circo para la plebe!