Las imágenes del hambre
La desesperación por conseguir comida llega a tal extremo que los habitantes de una aldea de Zimbabue despedazan el cadáver de un elefante para poder comérselo.
© V. de los Espadas – JM Noticias
El lugar es el parque nacional de Gonarezhou de Zimbabue en una mañana del mes de Octubre del año pasado. El fotógrafo británico David Chancellor había salido a hacer unas fotografías para incluir en su proyecto sobre la relación entre el hombre y la fauna animal que intenta sobrevivir en ambiente hostil.
En su camino se encontró con un elefante macho, a punto de morir, que estaba tumbado en el árido suelo del parque. Entonces, algunos de los habitantes de una aldea cercana que le acompañaban se apresuraron a avisar a los demás. Minutos después, el fotógrafo se convirtió en testigo involuntario de un espeluznante y macabro espectáculo.
Con las manos o con unos rudimentarios machetes hechos de piezas de metal afilado en forma de chuchillo casero, cientos de personas se apresuraron a despedazar el cuerpo de la bestia que acababa de dar su último suspiro.
Las mujeres y los niños se mantenían a la espera detrás mientras los hombres luchaban por conseguir alguno de los trozos de carne del enorme cadáver. En menos de dos horas allí sólo quedó un sangriento esqueleto, cuenta Chancellor al diario noruego Dagbladet. Y como todo se aprovecha, al día siguiente no quedaba ni rastro del elefante; los huesos se los habían llevado para hacer sopa.
Las brutales fotografías ilustran la tragedia de la hambruna que padecen en Zimbabue y que las organizaciones humanitarias denuncian a diario. En este país africano, que linda con Sudáfrica donde este año se celebrará el Mundial de Fútbol, hay más de dos millones de personas que no tienen nada que comer. Una cifra que aumentará este año porque las cosechas no auguran buenos resultados.
La falta de alimentos y la ruina económica han hecho que la mayoría de los habitantes de Zimbabue apenas tengan la posibilidad de comprar pan u otros productos de primera necesidad. El año pasado el precio del pan aumentó un 30% y provocó fuertes altercados en el país que Robert Mugabe gobierna desde hace 30 años.
«La falta de alimentos en algunas partes del país es la peor que hemos visto en años» dice Emma Kundishora, secretaria general de la Cruz Roja en Zimbabue, a la agencia AP. También David Chancellor, que normalmente reside en Sudáfrica, cuenta que los habitantes de la zona del sureste de Zimbabue sobreviven sin ningún tipo de carne para comer. «Ha sido casi como un milagro que encontraran el elefante, ya que todos los animales salvajes que había en la zona están muertos y ya se los han comido» dice Chancellor al diario noruego.
Las esporádicas y escasas lluvias no han sido suficientes para tener este año una cosecha. Se espera que se lleguen a producir unas 435 mil toneladas de comida, pero es menos de una tercera parte de la necesaria para alimentar a la población.
Los opositores al régimen dictatorial de Mugabe aseguran que la causa de la falta de alimentos se debe a las reformas agrícolas que el presidente ordenó en el 2000, cuando las granjas fértiles y productivas fueron confiscadas a los blancos y entregadas a los campesinos locales que no tenían tierras.
Sin embargo, esta populista reforma no ha dado buen resultado. Una buena parte de la tierra no está cultivada y los nuevos dueños no son capaces de mantener una producción porque no tienen equipos ni simientes.
Al mismo tiempo, las sanciones aplicadas con intención de castigar a Mugabe por su abusivo régimen, han afectado a las envíos de ayuda humanitaria. Además, los pocos granjeros blancos que quedan también han reducido la producción como protesta contra la reforma. La tragedia se está convirtiendo en una catástrofe humana, mientras Mugabe y sus adictos disfrutan descaradamente del lujo y la opulencia.