Al rey sueco no le dieron de comer
Carlos Gustavo y Silvia de Suecia tuvieron que conformarse con comer una pizza en la calle porque en el restaurante alemán que entraron no tenían mesas disponibles.
© Miguel Mielgo – JM Noticias
Tiempos aquellos en los que a un rey no se le negaba nada y menos un sitio para comer. Pero las cosas han cambiado y así lo han podido comprobar el rey Carlos Gustavo y la reina Silvia de Suecia, que tras querer entrar en un típico restaurante alemán, se tuvieron que ir porque no había una mesa libre para ellos.
Esto sucedió el jueves de la semana pasada en Ladenburg, una pequeña villa alemana de casi 12.000 habitantes en el Estado de Baden-Württemberg, que además está muy cerca de Heidelberg, la ciudad natal de la reina Silvia de Suecia.
La pareja paseaba por las calles de la pequeña localidad como simples turistas cuando decidieron entrar a comer en la «Zum Güldenen Stern», una antigua «gasthaus» o típica posada alemana, cuyos orígenes se remontan al año 1598.
Pero los monarcas suecos tuvieron mala suerte porque resulta que todas las mesas estaban ocupadas por los invitados de una boda y, como la propietaria no les reconoció, les dijo lo mismo que a otros clientes: que no había sitio y que buscaran otro restaurante donde les dieran de comer. La pareja entendió la situación y abandonó el local sin rechistar.
Somos unos idiotas.
«Yo no tengo tiempo para estar todo el día leyendo revistas de cotilleos y claro, no reconocí a la reina cuando me pidió una mesa» dijo Nadine Schellenberger, propietaria del «Zum Güldenen Stern», pero después que Carlos Gustavo y Silvia se habían ido y otros clientes le informaron de la identidad de los turistas que acababa de echar.
Su marido, sin embargo, es un poco pesimista y teme que el asunto va a traer mala reputación a su local. «Vamos a ser los idiotas de Ladenburg» dijo Michael Schellenberger, y promete enviar una disculpa «oficial» a la casa real sueca.
Pizza en la calle.
De momento ni el rey ni la reina han querido comentar lo sucedido. Lo que si es seguro es que no se fueron muy hambrientos de Ladenburg. La solución la encontraron en un vendedor ambulante de comida, donde pudieron comprar unos trozos pizza que ambos degustaron contentos, mientras caminaban por la calle central de la villa.
Atención periodistas de periódicos, teles, revistas y demás medios españoles. Si copias esta historia sin permiso y además ni citas ni enlazas, denuncia al canto y te incluimos en todas las redes sociales como chorizo, aparte de la queja a tu jefe pidiendo tu despido.
«Last but not…» – Muy gracioso ese aviso del choriceo, aunque es puro voluntarismo. Por cierto, al hilo del comentario de Cristi decirles que sí hay experiencia: caso Arriazu / Gigi Howard. Desde entonces el joven príncipe fue transparente para mí. Gracias por todo.
Si eso mismo ocurre en España con Felipe y Leticia, habrían vaciado el restaurante entero, habría echado a gente de la mesa que tuvieran reservada, para que se sentaran estos dos, que son de la realeza y, por último, con objeto de que comieran tranquilos y sin interferencias, los veinte o treinta escoltas habrían acordonado la zona.
Ya verás lo que tardan los periódicos, teles y revistas en copiarte. Son tan hijos de puta que ni te piden permiso ni te citan o enlazan. Denuncia, que ya está bien de robar.