Milagro en la carretera
Una danesa embarazada consigue revivir a una recién nacida, que encontró tirada en una cuneta en Turquía, dándole de mamar.
© Miguel Mielgo – JM Noticias
El taxi que transportaba a María Kristensen, una joven danesa embarazada de 31 semanas, circulaba despacio por la solitaria carretera de montaña de Kusadasi, una ciudad a orillas del Mar Egeo en el oeste de Turquía.
A su lado iba su marido Kent y el hijo de ambos, Lucas, de 3 años. Los tres se dirigían al aeropuerto de Izmir, a unos 90 kms al norte de Kusadasi, para tomar un avión que les llevaría de vuelta a Dinamarca tras haber pasado unas semanas de vacaciones en la zona.
María miraba la carretera a través de la ventanilla, al mismo tiempo que acercaba su cara al chorro de aire frío que se esforzaba en producir el climatizador del vehículo. Eran casi las 3 de la tarde del jueves 28 de Junio y la temperatura en el exterior rondaba los 40 grados.
En un momento, María fijo su atención en un bulto que estaba tirado en un lado de carretera. Tuvo una corazonada y pidió al taxista que parara.
«Íbamos en el taxi por la carretera que sube a la montaña y yo miraba a la derecha. Allí vi que había un pequeño cesto del que sobresalía algo de color rosa. Estaba en la cuneta y el sol le daba directamente dentro. Se estaba cociendo al sol» cuenta María al diario danés Ekstra Bladet
Estaba ardiendo y sanguinolenta.
Tras convencer al taxista para que diera la vuelta, que al principio no estaba por la labor, María salió del coche y fue a mirar lo que había dentro de la cesta. Su sorpresa fue mayúscula; era un bebé.
Lo primero que pensó fue que el bebé estaba muerto porque, según María, hacía un calor sofocante.
«La madre le había puesto ropa de color rosa claro, un gorro y estaba tapada con una manta. Tenía mucho calor y no reaccionaba» dice al diario danés.
Sin pensarlo dos veces cogió a la niña en sus brazos y la metió dentro del taxi. Después le pidió al taxista que pusiera el climatizador al máximo y echó agua fría sobre la cabeza de la niña para bajar la temperatura.
La niña seguía sin reaccionar. Estaba pálida y aún conservaba pegados al cuerpo los restos de sangre y mucosidad del parto. Estaba claro que no podía tener muchas horas de vida, pero a lo mejor también había estado tirada allí parte de la noche y toda la mañana.
Le da de mamar y consigue que reviva
María preguntó al taxista si le dejaba que la diera de mamar dentro del taxi. Ya que estaban en Turquía, no sabía si amantar a un bebé en público era algo que estaba permitido. El taxista no se opuso y le dijo que hicieran lo que fuera necesario.
A María sólo le faltan dos meses para dar a luz a su segundo hijo y sabía que ya tenía leche en sus pechos. Dar de mamar a un bebé que no es el suyo no es algo normal, pero a María esto no le importaba. Sin embargo, la niña seguía sin reaccionar. Aunque lo intentaba, estaba muy débil y no tenía fuerzas para chupar.
Poco a poco María consiguió que entrara leche en la boca de la pequeña, que poco a poco comenzó a tragar.
Y allí, dentro de un taxi turco parado en una carretera de montaña en medio de la nada, una niña recién nacida y abandonada por su madre comenzaba a dar señales de querer vivir. Todo gracias al pecho de una joven danesa embarazada, que la encontró por casualidad cuando pasaba por allí.
«Había vida en ella porque después de ingerir unas gotas más de leche, abrió lo ojos y miraba alrededor» – dice María, y añade – «Pensamos que era un milagro»
¿Es mi hermanita?
Lucas, el hijo de 3 años de la pareja, no entendía lo que estaba pasando. Sabía que iba a tener un hermanito, pero estaba confuso porque de pronto su madre estaba dando de mamar un bebé dentro de un taxi, que además lo habían encontrado en una cesta en la carretera.
«Lucas se subió al asiento delantero del taxi y me dijo: ¿Mamá, es esto mi hermanito?. Le tuvimos que explicar que no, que no era, que era una niña porque llevaba la ropa rosa. Creo que nos entendió cuando le explicamos que la teníamos que devolver, porque dijo que quería dejarle su camión de juguete» cuenta María.
Entregada a la Policía.
El taxista les llevo hasta el cuartelillo de la Policía local donde contaron lo que había sucedido y entregaron a la niña. Los agentes la llevaron inmediatamente a un hospital y, según los médicos, que mantienen el contacto con esta familia danesa, la niña se encuentra bien y come normal.
Todos tienen claro es que la niña no hubiera sobrevivido si otra persona la hubiera encontrado. No tenía fuerzas para chupar de un biberón. «Algo hizo que fuéramos nosotros los que la viéramos y fuera yo la que le diera pecho» dice María Kristensen
Amamantar a un bebé que no es tuyo y que lo acabas de encontrar en una carretera fue para María algo natural. «Era lo que lo debía hacer y además lo más natural. Yo estaba muy tranquila hasta que tuve que entregarla. Entonces ella se despertó, abrió los ojos, me miró y no he dejado de llorar desde ese momento»
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Es un milagro de nuestro creador, nada es casualidad, era la persona indicada, la hora precisa esa niña estaba predestinada a la vida, Dios la siga bendiciendo asi como a MARIA, quien fue escogida por nuestro creador, hijo de la virgen MARIA.
Madre mia, no me puedo creer que una madre se desprenda así de su propio hijo. Yo soy madre y ya me pongo mala cuando se va con los abuelos una tarde. ¡Ole! por esa madre que la encontró y que la ayudó. Una historia muy bonita y con un final feliz.
Increíble que alguien pueda desprenderse de un ser humano tan indefenso…una historia imborrable sin duda y un ejemplo de vida. Gracias por contar la historia, entre tanta mala noticia, cosas así nos alegran la existencia.
Impresionante …
Maravillosa historia. Nos demuestra el poder de las casualidades, las ganas de vivir, la bondad del ser humano, la magia de la teta. Si, precioso Gracias
historias como esta son las que te dan ganas de pensar que aun hay esperanzas.