Y al príncipe le dieron una paliza
Carlos Felipe, el hijo del rey de Suecia, agredido por un desconocido en la puerta de una discoteca en Cannes, en Francia.
© V. de Los Espadas – JM Noticias
Dicen que por la noche todos los gatos son pardos y por tanto, tampoco hay diferencias entre príncipes y plebeyos.
Esto es lo que pasó con el príncipe Carlos Felipe de Suecia, de 33 años, que en estos días disfrutaba de los lugares de ocio de la Riviera francesa, junto con su novia, la plebeya Sofía Hellqvist de 27 años.
Y es que el hijo del rey Carlos Gustavo y la reina Silvia de Suecia fue agredido por un desconocido, en un tumulto en la puerta de una lujosa discoteca de Cannes.
Según cuentan testigos a medios suecos y noruegos, que también confirma la Casa Real, el príncipe recibió varios puñetazos en la cara y en la cabeza, sin que al parecer mediara motivo o provocación alguna.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 3 de la madrugada del sábado 11 de Agosto. El príncipe Carlos Felipe y su novia Sofía, que estaban de vacaciones privadas en Cannes y por tanto no tienen escoltas, habían estado tomando unas copas con unos amigos en la exclusiva discoteca Baoli, tras haber cenado antes en uno de los restaurantes de la ciudad.
En Baoli habían organizado una fiesta llamada «Crazy Engel Party» (Fiesta del Ángel Loco), donde todos los asistentes debían acudir vestidos de blanco. El local, según los testigos, estaba lleno hasta la bandera.
Al salir de la discoteca, Carlos Felipe y su novia se encontraron de frente con un grupo de jóvenes que al parecer buscaban bronca. Según los testigos, uno de ellos se abalanzó, sin mediar palabra sobre el príncipe y le agarró por el cuello.
Todo sucedió muy rápido. Carlos Felipe gritaba: «slip! … slip! …» (¡suelta!, …¡suelta!..), pero el agresor no le soltó y comenzó a darle puñetazos en la cabeza y en la cara.
Su novia Sofía, más habituada a bregar con este tipo de altercados de discoteca en sus tiempos en lo que trabajaba de camarera, acudió en ayuda de su novio y trató de evitar que le siguieran pegando mientras gritaba: «elskling!,… elskling!..» (mi amor, mi amor)
Y así de rápido empezó y así de rápido terminó. El príncipe se quedó con los golpes y los agresores desaparecieron. La Casa Real informó que el príncipe está bien, que no hay gravedad en las lesiones sufridas y que tiene la intención de denunciar los hechos a la policía francesa.
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En el alcohol como en la taza del baño,todos son iguales,ricos, pobres,no hay diferencia
Angel… que lejos está tu nombre de tu condición. Violencia no (aunque sí, es un parásito).
mas fuerte tenían que haberle dado a este parásito social
El asco en estos casos no se refiere a que la víctima sea un parásito o no. Es la conducta inmunda de una especie inferior entre la especie humana. Es muy común ver estos agravios que suelen terminar con la muerte o discapacidad de la víctima en los desquiciados países latinos y africanos. Señores, estamos hablando de Francia, quien debe tener un sistema de vigilancia diferente, y la lujosa Baoli en Cannes debería tener suficiente vigilancia para cuidar a las personas que entran y salen del local.
Ernesto ,tienes razon … pero no estoy de acuerdo con America Latina. Te puedo afirmar que son mucho mas tranquilos que los del video y tambien contamos con camaras ,hay camaras everywhere. No te olvides que el »Sueco evolucionado» tiene por prometida a una prostituta…asi que de evolucionado Anunnaki no tiene nada…saludos!