Una princesa en el camión de la basura
La princesa Mette-Marit de Noruega cambió el coche oficial por un camión de la basura para ir a ver la central de reciclado de residuos de Oslo.
© V. de los Espadas – JM Noticias
La cabina de un camión de recogida de basuras no suele ser el medio de transporte habitual de una princesa. Sin embargo, esta vez sí lo fue para Mette-Marit de Noruega, que de esta manera tuvo la oportunidad de conocer de primera mano el funcionamiento del sistema de recogida y reciclado de residuos de Oslo.
Para la princesa el día comenzó muy pronto por la mañana en la cocina de una familia de Veitvet, una pedanía de la capital noruega.
Allí estuvo separando la basura y residuos doméstico en bolsas de colores, como indican las normas municipales, junto con Jeanette Goodwin la dueña de la casa, y su hija Eyla, para luego salir ambas a depositarlas en el cubo correspondiente.
Minutos después, y acompañada por Fabian Stang, el alcalde de Oslo, la princesa Mette-Marit subió al camión de recogida de basuras que la llevó hasta la central de reciclado, que dicen por estos lares nórdicos que es la mayor del mundo de su clase porque usa un sistema de reconocimiento óptico único. Todos los habitantes de Oslo tienen la obligación de separar la basura en en bolsas de colores: el azul es para los plásticos, el verde para los residuos biodegradables y el blanco para el resto de los deshechos.
Con casco de seguridad, pero esta vez con zapatos planos aunque con bolso de Guzzi colgado del brazo, la princesa Mette-Marit estuvo viendo de cerca, a pesar del fuerte y desagradable olor que impera dentro de esta central de recogida de basuras, todo el proceso y tratamiento que se dan a las bolsas con residuos.
Los restos de comida sirven para hacer otros productos biológicos como el biogás o bien fertilizantes agrícolas. Los plásticos se utilizan para hacer nuevos productos de plástico y el resto de las basuras se utilizan como combustible en el sistema centralizado de calefacción de la ciudad.
Tras la visita a la planta de separación de residuos la princesa Mette-Marit fue a ver la de reciclado de Haraldrud. A esta central llega de todo, desde muebles viejos hasta electrodomésticos que ya no funcionan. Allí escuchó atenta todas las explicaciones de los procesos e incluso se interesó por los procedimientos de destrucción de residuos peligrosos, que son tratados de forma diferente para que no dañen la naturaleza. La separación y reciclado de los residuos domésticos es lo más simple que se puede hacer para ayudar a conservar al medio ambiente.
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