Incongruencias de la ciencia
Siempre es triste, tristísimo, que un científico tenga que abandonar su patria porque en ella sólo encuentra obstáculos, puertas cerradas y ningún reconocimiento.
© Emilio de Fortuny – JM Noticias
Emilio de Fortuny, español en St. Petersburg, Fl, EE.UU.
Hoy se publica una carta de «despedida de una científica…» en El País, – que no podía ser de otra manera – en la que culpa directamente a Rajoy por su regreso a los EEUU.
La señora en cuestión debe ser una magnifica científica, – no se le pone en duda – pero de política sabe menos que Santo Tomás del sexo de los ángeles. Y si ella tiene alguna posición política, – aquí me pongo a adivinar – , la científica es de izquierdas. ¡Me apuesto una mariscada!
Pues bien, yo voté a Rajoy porque pensaba que era la mejor opción en ese momento histórico y dadas las circunstancias. Hoy estoy decepcionado porque mi apuesta era por un cambio en la dirección política de España y la reducción drástica del tamaño del Estado; autonomías, funcionariado, privilegios, etc., etc. ¡Me equivoqué!
Rajoy sigue gobernando a la usanza socialista y no ha sabido imponer su autoridad, pese tener su mayoría absolutísima, algo que jamás se repetirá. Sin embargo, hay que reconocerle algunos avances y un mejoramiento de las condiciones del país, a pesar de los pesares, especialmente si recordamos como quedó el patio tras la dictadura del socialista Zapatero.
Don Mariano no tiene la culpa de las condiciones que encuentran nuestros investigadores en España. Siempre ha sido así. ¡Siempre! ¿Que Rajoy podría haber mejorado las condiciones para la investigación? Pues sí, pero si miramos el panorama general convendrán conmigo que ahora mismo existen otras necesidades de verdadera urgencia y sin fácil arreglo, en las que el desgobierno tiene que derretir su seso e invertir los escasos euros de que dispone.
Siempre es triste, tristísimo, que un científico tenga que abandonar su patria porque en ella solo encuentra obstáculos, puertas cerradas y ningún reconocimiento. Pero es injusto culpar al presidente del Gobierno actual por esas circunstancias heredadas en una buena parte del anterior. Para nuestra desgracia y vergüenza, en España siempre fue así, y ningún gobierno, desde los albores del siglo XX hasta la fecha, ha hecho nada destacado por solucionar el tema y hacer de nuestro país un lugar confortable y holgado para que nuestros científicos puedan trabajar, al menos, sin penuria.
Se equivoca gravemente la científica, que sale pitando rumbo a los EEUU donde actualmente YA no es igual que antes. Y se lo digo yo que estoy aquí y conozco bien lo que se cuece por estas tierras americanas. La investigación esta pasando lentamente a manos del gobierno federal, mientras se desvanece la mano privada, que siempre fue el éxito de la investigación en EEUU, y por la que hoy disfrutamos tanto adelanto.
Los gobiernos socialistas, como el que tenemos y padecemos actualmente en USA, nunca han contribuido al avance de la ciencia. Y ya nos lo informará, con el tiempo, nuestra emigrada científica cuando lo descubra.
No, señorita científica; ¡no estoy de acuerdo con usted! Si usted tuviera la mas mínima memoria histórica – y nunca mejor dicho – sabría, y de muy buena tinta, que Rajoy no es culpable de su situación. Yo sé que por su postura política tiene que arrimar el ascua a su sardina. Lo comprendo, pero no cuela. Rajoy tiene muchísimos defectos y tiene a toda España sumida en la desilusión, pero no tiene la culpa ni directa ni indirectamente de que usted se marche.
Y márchese pronto porque lo de usted es tener suerte. No a todos los científicos españoles – y los hay mejores que usted – se les ofrece todos los días un puesto de trabajo bien remunerado en el extranjero. Los españoles, y más los que estamos fuera desde que antes que usted naciera, le deseamos mucha suerte en su futuro científico.
