El libro de las líneas
El periodista Manuel Guisande y el fotógrafo Antonio Amboade publican el libro titulado «En tu línea»; un conjunto de fotos y poemas irónicos dedicados a las líneas pintadas en el asfalto de las carreteras.
© JM Noticias
Son veinticinco poemas en un tono desenfadado e irónico que dan entrada a dos fotografías por cada poesía, que tratan de algo tan singular como son las líneas de las carreteras, tanto las continuas como las discontinuas, que parecen que tuvieran vida propia.
Por ejemplo, la línea que está en un cambio de rasante y que parece que va a acabar en el vacío es «la suicida». La que por la noche la iluminan los faros de los coches y los reflectantes laterales de las vallas protectoras es «la vip». La que de pronto desaparece cuando hay obras es «la Houdini» y la que va por parajes recónditos es «la miedosa»
Manuel Guisande señaló que este proyecto, que en breve se convertirá en una exposición, trata de dar un sentido a la líneas de las carreteras y surgió «como consecuencia de haber viajado mucho, especialmente de noche, que es cuando tienen un efecto hipnótico porque no vemos otra cosa sobre el asfalto».
¿Por qué las líneas de las carreteras?
– Siempre me ha gustado intentar convertir lo cotidiano en algo extraordinario. Me parece apasionante ver en lo más sencillo otras cosas, pero desde otro punto de vista. Y por eso las líneas de las carreteras, porque es algo que vemos todos los días, que esta ahí desde que nacemos y nos acompañan toda la vida.
¿Algún nuevo proyecto?
– La idea es convertir este libro en una exposición porque realmente me parece curiosa e interesante. Ahora mismo estamos buscando financiación. A ver si alguien se anima. Soy positivo y espero que alguien se decida porque, además, la inversión es mínima.
En lo que es el día a día, ahora estoy con un libro que llevará como título «50 poemas de humor para no pasar dolor» que lo voy haciendo prácticamente en el coche, cuando espero a alguien, cuando mi mujer va a la compra… en un semáforo, en un atasco…
¿En su obra siempre está presente el humor?
– A mí el drama no me va y ante situaciones complicadas siempre veo la parte positiva, aunque como todo el mundo, también paso momentos malos, pero son los menos. Tal como está la sociedad, reír o sonreír debería ser una obligación porque contagia a quienes te rodea y hace que todos seamos más felices.
Los cenizos, esos que todo lo ven mal, que siempre les duele algo, deberían estar en prisión. Hay mucho plasta por ahí suelto, mucho trascendente de la vida que amarga a los demás y que todavía está con esa bobada de quien soy, dónde voy, de dónde vengo… Si cogieran un autobús y viajaran, mejor les iría.
¿Y usted es serio o, por el contrario, siempre está sonriente?
– Debido a mi naturaleza absurda, normalmente suelo estar sonriente. No entiendo la vida sin sentido del humor, es fundamental; salvo cosas muy excepcionales me suelo reír de casi todo y de lo que no me río es por educación.
Aquí vamos a estar un tiempo y eso de que se ha nacido para sufrir… ni de broma; mientras no cierre Cáritas no hay problema. Y el día que Caritas ponga «wifi»… va a ser lo máximo.
¿Se puede vivir de la literatura?
– Se puede vivir mal, pero se puede morir de maravilla. Pero los escritores tenemos una facilidad tremenda para comer poco. A veces no tengo claro si soy escritor porque como poco o porque como poco porque soy escritor, pero le aseguro que escribiendo se tiene un tipazo…
¿Y como ve su futuro?
– Pues me lo imagino escribiendo, publicando, impartiendo talleres de cómo se escriben cuentos infantiles, guiones, teatro, charlas…. no necesito mucho para vivir, sólo lo suficiente para tener la mente centrada en lo que deseo, que es escribir porque escribir no es el hecho de darle a las teclas. Teclear es una técnica que se aprende y cuanto antes mejor. Escribir es trasladar lo que uno imagina al papel. Eso es escribir y en esto hay artistas y trabajadores del arte.
¿Y usted es artista o trabajador del arte?
– Yo no soy quien para decir lo que soy, pero le aseguro que nunca tiro un papel. Si empiezo un escrito y al principio no sale lo que deseo, lo dejo. Hay días de no y son de no, aunque el 90% son de sí.
¿Le cuesta escribir?
– No quiero que interprete que soy un pedante, pero no me cuesta en absoluto. Otra cosa es que guste a la gente lo que escribo.
¿Pero a la gente le gusta lo que escribe?
– Creo que tengo lectores porque escribo de una forma sencilla y directa, como si estuviera hablando con un amigo; de hecho lo siento así. No soy el típico articulista que cuando escribe algo intenta sentar cátedra.
Una pregunta típica, ¿qué se llevaría a una isla desierta?
– El Corte inglés, desde el aparcamiento hasta la ultima planta
Biografía
Manuel Guisande (Santiago de Compostela, 1958). Entre los galardones obtenidos destaca el Premio de Comunicación Xunta de Galicia 2000, Premio de Teatro Ciudad de La Coruña, Codorniz de Plata de Humor y Premio de la Asociación de Editores Galegos a la mejor colección infantil en el 2011 por Rodribico, traducido al gallego y al portugués y realizada junto con el lustrador Xosé Tomás. En el 2013 publica el libro de artículos humorísticos «Al fondo a la derecha», que estudin los alumnos de español de la universidad de Molloy College (Nueva York) y la de Kentucky. Los últimos 25 años trabajó en La Voz de Galicia. La página del libro «En tu línea» (Editorial Cumio)
Antonio Amboade (La Coruña, 1967). Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Santiago de Compostela. Compaginó sus estudios universitarios con cursos de formación fotográfica. Desde entonces, de forma autodidacta y mediante la asistencia a talleres impartidos por fotógrafos de renombre, obteniendo el Ramón Caamaño de Fotografía. Además del Departamento de Español de la Universidad de Hannover (Alemania), en el 2012 comienza colabora con distintos escritores, teniendo en en marcha tres proyectos, de los que destaca «El heredero de los seis reinos», con el escritor cartagenero Miguel Sánchez Juaneda.
Qué gusto encontrar por aquí al maestro Guisande. Un abrazo para los dos.