Veinte años después del M/S Estonia
De las 989 personas que oficialmente viajaban a bordo del M/S Estonia, sólo 137 fueron rescatadas con vida y 852 fallecieron. Veinte años después, el pecio del buque sigue en el fondo del Báltico como tumba de los 758 desaparecidos.
© Miguel Mielgo – JM Noticias
El teléfono sonó pasadas la una y media de la madrugada del 28 de septiembre de 1994. Era Yusi, el consignatario de una naviera danesa en Helsinki.
De entrada le dije en inglés: «supongo que será algo muy importante para que me llames a estas horas… ¿verdad Yusi?» Pero Yusi, haciendo caso omiso a mis palabras, respondió con voz temblorosa y su típico acento finlandés: «Dice la radio costera de Helsinki que se ha hundido un ferry con casi mil personas a bordo.»
Tras escuchar lo poco que ese momento se sabía de lo que estaba pasando, me levanté y comencé por encender la radio, la televisión y sobre todo, a llamar por teléfono a las centrales de salvamento marítimo del Báltico en busca de la confirmación oficial de lo que, sólo unas horas después, sería calificado en los medios de todo el mundo como la mayor catástrofe marítima ocurrida en Europa desde la II Guerra Mundial.
A las 2 de la madrugada la radio danesa seguía sin decir nada. Las televisiones del norte de Europa, que podía recibir por satélite, tampoco informaban de lo que sucedía. En 1994, hace justo ahora veinte años, no había Internet tal y como hay hoy día. La máquina del télex, que no había parado ni un minuto durante todo el día, estaba silenciosa y a la espera. Las agencias de noticias estaban todas calladas y ninguna emitía los conocidos teletipos. Tampoco el teletexto de las televisiones, que en esos años era lo más rápido, había sido actualizado.
Un receptor de radio de onda corta fue la salvación. Gracias a este medio, y los buenos conocimientos de los idiomas nórdicos, me enteré del nombre del ferry, de su origen, su destino y que se había hundido en las frías aguas del Báltico norte con casi un millar de personas a bordo.
A partir de este momento comenzaron unas intensas 48 horas de recogida y envío de información sobre lo que había pasado y lo que estaba sucediendo.
Tras entrar en directo en el boletín de las 3 de la mañana en la COPE de Madrid, las intervenciones en la emisora, de la que era el corresponsal «freelance» en los países nórdicos, fueron en aumento cada hora hasta convertirme en la primera y única fuente en español que contaba lo que pasaba en el Báltico.
No sólo conocía el barco, también sabía o me imaginaba más o menos lo que podía haber sucedido, pero todo gracias a las informaciones que daban otros barcos en la zona a través de sus radios.
También sabía lo que en esta zona del norte de Europa era obvio; que una persona que cae en las frías aguas del Báltico sin un traje de supervivencia, puede llegar a sobrevivir en el agua un máximo de 3 a 10 minutos. Tras la hipotermia llega la perdida del conocimiento, el ahogamiento y el paro cardíaco.
La entrada de agua propicio la rapidez del hundimiento.
El «M/S Estonia» se hundió en cuestión de minutos. Según los expertos, porque perdió el portón o visir de la proa, que fue arrancado de sus enganches por la fuerza de las olas. Con esta apertura, el barco se inundó rápidamente y, teniendo en cuenta que la mayoría de los pasajeros dormían en sus camarotes, a las 5 de la mañana todo el mundo tenía claro que el número de víctimas se iba a contar por cientos.
La comisión internacional, que tiempo después investigó el naufragio, llegó a unas conclusiones que fueron admitidas por muchos pero no todos. A la sombra de la versión oficial fueron apareciendo otras teorías sobre lo sucedido, muchas conspiraciones e incluso varias leyendas.
Esta es la historia, contada hora a hora y en primera persona, de lo que pasó hace ahora veinte años.
Es una historia de frío, agua, muerte y silencio, sobre todo de ese impresionante silencio que reinaba entre los familiares de los pasajeros y los tripulantes que esperaban sobre el muelle de Estocolmo, mientras veían llegar entre lágrimas los helicópteros de salvamento marítimo que traían los cuerpos de los muertos.
Martes, 27 septiembre de 1994 – 18:15
El ferry «M/S Estonia» soltó amarras en el puerto de Tallin (Estonia) a las 18:15 CET, un cuarto de hora más tarde de la hora prevista, del martes 27 de septiembre de 1994. El barco puso rumbo hacia Estocolmo (Suecia) a través de la ruta habitual por el norte del Báltico oriental.
El buque llevaba 989 personas a bordo, 803 pasajeros y 186 tripulantes, la mitad de su capacidad. El parte meteorológico era normal para esta época del año; viento suave del sur entre 8 y 10 metros por segundo, buena visibilidad y lluvia. Los cuatro motores funcionaban normalmente y no habían tenido incidencias.
Martes, 27 septiembre de 1994 – 21:00
A esta hora el M/S Estonia pasó cerca del faro de Osmussaar y disminuyó la velocidad a medida que las condiciones meteorológicas empeoraban. El viento del sur soplaba ahora entre 10 y 13 metros por segundo con un máximo de 16 m/s. Las olas entre 1,5 y 2.0 metros con un máximo de 3 metros.
Martes, 27 septiembre de 1994 – 22:00
La velocidad del viento seguía aumentando. Las rachas ya alcanzaban los 11 y 15 metros por segundo con un máximo de 18 m/s, según el parte meteorológico. Las olas entre 2 y 3 metros con un máximo de 4 metros.
Martes, 27 septiembre de 1994 – 23:00
El buque mantenía su velocidad máxima en estas condiciones, pero el tiempo empeoraba. El viento soplaba ahora del suroeste con rachas de 13 a 20 metros por segundo y un máximo de 24 m/s. Las olas eran de 3 y 4 metros y un máximo de 5 metros de altura. Con este mar embravecido, algunos de los pasajeros se marean.
Martes, 27 septiembre de 1994 – 23:55
Cinco minutos antes de la medianoche el barco se encontraba navegando cerca del archipiélago que está frente la finlandesa ciudad de Åbo (Turku), algo retrasado según el plan de navegación.
Es ahí cuando uno de los marineros, que realizaba una ronda rutinaria de control en la cubierta de coches, dijo que escuchó un sonido de metal contra metal que no era habitual. Posiblemente eran las bisagras del portón de proa. El marinero informó al oficial de guardia en el puente de mando.
Uno de los pasajeros que sobrevivió al naufragio declaró ante la comisión de investigación que él también había escuchado un sonido raro. Se supo después que otro marinero fue enviado a inspeccionar la cubierta de coches, pero que no encontró nada anormal.
Según la comisión internacional, que investigó las causas del naufragio, los sonidos que algunos dicen que oyeron se producían en los cierres del portón de proa debido a la presión de las olas. Otros creen que el sonido se debió a una explosión o bien a una colisión por debajo de la cubierta de coches.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 00:15
Algunos de los pasajeros que se salvaron contaron después que escucharon dos sonidos muy fuertes, como los de un fuerte golpe en el metal, casi un cuarto de hora después de la medianoche. Fue entonces cuando el «M/S Estonia» quedó escorado a estribor (inclinado a la derecha).
Según figura en el informe de la comisión, que no todos creen, fue la fuerza de las olas la que rompió los enganches del portón de la proa y éste se separó del barco, arrastrando consigo la rampa que cubre la entrada de la cubierta de coches.
A través de un monitor, el tercer maquinista dijo que pudo ver como el agua entraba en la cubierta de coches por ambos lados de la rampa. Esto significa que el agua hizo que el barco se inclinara aún más, a casi 40 grados a estribor, según la comisión.
Una de las pocas fotos que existen del naufragio la hizo Michael Öun. Usó una cámara compacta con la que disparaba el «flash» para señalizar su posición a barcos y helicópteros que acudían en su ayuda. En la foto se puede ver uno de los pasajeros sentado sobre el casco del buque mientras sube y baja en el agua.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 00:20
Se oye la voz de una mujer que grita por la megafonía del buque; «Häire, häire, laeval on häire» (en estonio: alarma, alarma, alarma a bordo.) Segundos después suena la alarma interna de la tripulación.
La mayoría de los pasajeros han quedado encerrados en sus camarotes. Se lanzan al agua algunas de las balsas salvavidas, para que los que consiguieran salir y llegar a la cubierta de botes, pudieran usarlas. Debido a la gran inclinación que tenía el barco (escora), ninguno de los botes pudo ser echado al agua. Los cuatro motores del buque se paran. El primero fue el motor de babor (izquierda) del barco.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 00:21:55
A esta hora se emite la primera señal de petición de auxilio: «Mayday Mayday, Estonia please». Menos de un minuto después, el «M/S Estonia» consigue entrar en contacto con el ferry sueco «M/S Silja Europa», que le informa de la situación y pide ayuda. La señal de socorro también la recibe la estación costera de salvamento marítimo de Åbo, así como otras estaciones del Báltico y barcos en la zona.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 00:29
El oficial de guardia del «M/S Estonia» comunica su posición al «M/S Silja Europa» y éste es el último contacto por radio antes de hundirse. El buque tenía en esos momentos una escora (inclinación) de más de 90 grados a estribor (derecha) y sin el portón de proa, el agua entraba rápidamente en su interior.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 00:53
La señal del «M/S Estonia» desapareció de los radares de los otros barcos que se acercaban siete minutos antes de la una de la madrugada. El barco se hundió en la posición de 59°N y 22°E, alrededor de 22 millas náuticas al sur de la isla finlandesa de Utö y a una profundidad entre 74 y 85 metros.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 00:57
Cuando otro ferry, el «M/S Mariella», que fue el primero en llegar al lugar del naufragio, el capitán informó que se veían algunas luces bajo el agua. El «M/S Estonia se acababa de hundir. Otros barcos y helicópteros de salvamento marítimo de varios países estaban en camino.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 01:30
La central de salvamento marítimo de Mariehamn, en la isla finlandesa de Åland, comunicó a la central de Estocolmo que seguramente el «M/S Estonia» se había hundido, pero la información no fue confirmada. El centro de salvamento marítimo de Åbo, (Turku en finlandés) dejó claro que se trataba de una catástrofe. La agencia oficial de noticias sueca TT (Tidningarnas Telegrambyrå) emitía un «flash» urgente a través de sus teletipos donde decía; «Se teme que el ferry M/S Estonia se haya hundido». Media hora después, y ya pasadas las 2 de la madrugada, se confirma el naufragio.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 02:05
El helicóptero de salvamento marítimo finlandés con matrícula OH-HVG fue el primero en llegar al lugar de la tragedia. Este aparato consigue rescatar a un total de 37 personas que estaban en el agua. Un total de 25 helicópteros y 29 barcos acudieron en ayuda de los náufragos. Los helicópteros rescataron con vida un total de 104 personas mientras a 34 lo hicieron los barcos. Uno de los rescatados murió después en el hospital.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 02:30
El primer ministro sueco Carl Bildt es informado de lo que ha sucedido y convoca a su gabinete.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 03:00
En la emisora de la COPE doy la noticia de la catástrofe en el boletín informativo y se convierte en el primer medio hispano que informa de lo sucedido. En las horas siguientes, a partir de las 5 de la mañana, los demás medios españoles basaban todos sus informaciones de la catástrofe en lo que contaba en la COPE.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 08:30
El «M/S Estonia» tenía prevista su llegada a Estocolmo a las 08:30 hrs de esa mañana. Los familiares de los pasajeros esperaban en el muelle la llegada del barco. La mayoría no sabía que siete horas antes el «M/S Estonia» se había hundido.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 09:00
En las últimas horas, a partir de las 7 de la mañana, ya no se habían encontrado más supervivientes. Los helicópteros recibieron entonces la orden de recoger los cadáveres que flotaban en el mar.
Un total de 138 personas pudieron ser rescatadas con vida de las frías aguas del Báltico. Una de ellas murió después en el hospital. 92 cadáveres fueron recogidos del agua.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 11:00
A esta hora de la mañana todavía había 19 barcos y 19 helicópteros patrullando y buscando en la zona. Un total de 29 barcos y 25 helicópteros de salvamento participaron en la operación de rescate.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 11:30
El gobierno sueco convocó una rueda de Prensa. «Es la mayor catástrofe ocurrida en Suecia en nuestro tiempo», dijo el primer ministro sueco Carl Bildt ante las cámaras.
Miércoles, 28 septiembre de 1994 – 17:32
El comandante y responsable de la operación de rescate a bordo del «M/S Silja Europa» así como el comandante Esa Mäkelä, informa que ya no se iban a buscar más víctimas y da la orden de retirada de todos los buques en la zona del naufragio.
De las 989 personas que oficialmente iban a bordo del «M/S Estonia», un total de 852 perdieron la vida, según la comisión de investigación, de los cuales 758 continúan desaparecidos.
Un día muy penoso para los países nordicos sobre todo para Suecia y Estonia