Las otras joyas de Fabergé
Una exposición en Dinamarca muestra por primera vez más de un centenar de joyas y otros valiosos objetos creados por Peter Carl Fabergé, el orfebre del zar Alexander III de Rusia.
© Miguel Mielgo – JM Noticias

Castillo de Koldinghus (Casa de Kolding). Fue construido en 1268 y unos soldados españoles lo incendiaron en la noche del 29 al 30 de marzo de 1808. (Foto: © M.Mielgo – JM Noticias)
En la torre del histórico castillo de Koldinghus, en el centro de la península danesa de Jutlandia, acaban de inaugurar una exposición muy especial que lleva el título: «Fabergé, el orfebre del Zar y su relación con la familia real danesa»
Aunque el nombre Fabergé pueda hacer pensar en sus extravagantes huevos de Pascua, unas impresionantes joyas de oro y diamantes que creó para la familia del zar en 1885 y hasta el comienzo de la revolución en 1917, en la exposición de Koldinghus no hay ninguno.
Lo que se puede ver en esta exposición en Koldinghus, tras subir a la torre por la vieja escalera de madera en espiral, son los llamados «otros Fabergé».
Se trata de más de un centenar de joyas y objetos de oro, plata, platino y piedras preciosas, entre los que se encuentran abridores de cartas, portarretratos, pitilleras, «charkas» para beber vodka, etc., que el zar Alexander III de Rusia encargaba a Fabergé para que su mujer, la zarina Dagmar, los llevara de regalo a su familia en Dinamarca.

Un «bowl» o tazón para el ponche 65 cms. de alto y 55 de ancho, hecho en plata y adornos de oro. Propiedad de la Fundación del Cuerpo de oficiales de la Guardia Real danesa. (Foto: © M.Mielgo – JM Noticias)
La princesa danesa que fue emperatriz de Rusia.
La zarina Dagmar, nacida Marie Sophie Frederikke Dagmar af Slesvig-Holsten-Sønderborg-Glücksborg y llamada Princesa Dagmar de Dinamarca, era la esposa del emperador Alexander III y por tanto, la emperatriz consorte de «todas las Rusias»
El matrimonio con el emperador ruso obligó a la princesa danesa a convertirse a la religión ortodoxa del imperio. Para los rusos pasó a llamarse María Fiódorovna Románova, que después fue madre de Nikolaj II, el último zar ruso. Dagmar era hija del rey Christian IX de de Dinamarca, apodado «el suegro de Europa», y de Louise af Hessen-Kassel.
Siendo emperatriz de todas las Rusias, Dagmar, visitaba a su familia Dinamarca y les llevaba algunos regalos. Casi todos eran joyas u objetos que habían sido hechos por el joyero de la corte rusa, el ya por entonces famoso Peter Carl Fabergé (1846-1920) por encargo del emperador Alexander III
De esta manera llegaron a las manos de la familia real danesa, y también a otros nobles de la época, la mayor parte de estos «otros Fabergé» que ahora se exponen en Koldinghus (Casa de Kolding), un castillo de ladrillo rojo construido en el siglo XIII,

Pareja de fuentes de cristal coloreado en púrpura con pedestal de latón, para frutas o dulces. Propiedad de la reina Margarita II de Dinamarca. (Foto: © M.Mielgo – JM Noticias)
Algunos de los objetos se utilizan hoy día.
Algunos de estos valiosos objetos se utilizan hoy día en las estancias de sus propietarios. Uno de los ejemplos es el encendedor en forma de huevo de la princesa Benedikte – ver en las fotos más abajo.
Otro es la «charka» o vasija cilíndrica para bebidas alcohólicas en las cenas de gala. Todos han sido cedidos por sus propietarios, incluso los particulares, para esta exposición única en el mundo.
En la galería de fotos, al final de este artículo, se puede ver una selección de estas joyas y objetos, además de una corta descripción de cada uno. Las fotos se puede ampliar pulsando sobre las mismas, pero en la ampliación no se muestra el texto.
Acuden miembros de la realeza y la nobleza.
A la inauguración de esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 25 de septiembre del 2016, acudió la princesa Benedikte, hermana de la reina Margarita II, y protectora del Museo de Koldinghus. De hecho, una buena parte de los objetos expuestos son de la propiedad particular de la princesa.

La princesa Benedikte de Dinamarca en el discurso de apertura. Al fondo, miembros de la familia real danesa y la nobleza. (Foto: © M.Mielgo – JM Noticias)
También se desplazó hasta Kolding su prima la princesa Elisabeth de Dinamarca, ya que también algunos de los objetos son suyos.
Otro de los miembros de la familia real danesa que cedió unas piezas para la exposición es el conde Ingolf, primo de la reina Margarita II, que acudió a Koldinghus con su esposa la condesa Sussi.
Desde Alemania llegaron miembros de la nobleza, como la duquesa Donata zu Mecklenburg von Solodkoff, descendiente de uno de los primeros reyes nórdicos, que estaba acompañada de su marido, Alexander von Solodkoff, y de dos de sus hijas; Thyra y Alix.
El castillo que quemaron los españoles.
Los daneses saben desde niños que un incendio destruyó el castillo de Koldinghus durante la noche del 29 al 30 de marzo de 1808 y que la culpa fue de un grupo de soldados españoles. Eran tiempos de guerra y Dinamarca se había aliado con Francia y España para luchar contra el enemigo que era Gran Bretaña.

Dos bandejas para el pan hechas de plata policromada al estilo ruso. Salero con tapa y otro sin ella en plata con dorados de oro y esmaltes. (Foto: © M.Mielgo – JM Noticias)
Un destacamento de tropas españolas, que habían venido a ayudar a los ejércitos daneses, estaba acuartelado en el castillo. Como los soldados tenían frío, echaron más leña de la necesaria al fuego, lo que hizo que las maderas más cercanas se incendiaran.
«No se asuste señora, pero el castillo está ardiendo» (en danés «Forskræk Dem ej, men slottet brænder»). Fue con estas palabras, según cuentan los anales de la época, una sirvienta despertó a su señora a las cuatro y media de la madrugada del 30 de marzo de 1808.
Los encargados de mantener los fuegos de las chimeneas se dieron cuenta muy tarde de lo que sucedía. Las llamas se habían extendido a las vigas del edificio y no había posibilidad de apagarlo, sólo de salir corriendo para salvar la vida.

Salero de plata chapada en oro con esmaltes policromados y cantos acanalados. (Foto: © M.Mielgo – JM Noticias)
Dejen las cerillas y los mecheros en la entrada.
Desde su construcción en 1268 y hasta 1849, el castillo había sido propiedad de la Corona. A partir de finales de 1849 fue el Estado el que se hizo cargo de la ruina, pero ni unos ni otros tenían dinero para su reconstrucción.
Fue a principios de 1920 cuando se iniciaron los planes para convertirlo en archivo nacional, pero las guerras y la falta de recursos retrasaron todo.
Las millonarias obras de reconstrucción finalizaron 184 años después del incendio, en 1992, pero fue en 1993 cuando el castillo recibió el premio Europa Nostra por su modelo de restauración.
Lo cierto es que cada vez que unos turistas españoles van a visitar Koldinghus, los guardas del castillo les dicen lo mismo en la puerta: «Por favor, dejen los encendedores y las cerillas fuera»
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Galería de fotos de algunas de las joyas.
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Brazalete de oro con dos medallones que contienen fotografías del zar Alexander y la zarina Dagmar. Las letras A y D sobre la tapa están hechas con diamantes incrustados y rodeadas de la corona imperial, flores y dos estrellas de brillantes y rubíes. Pertenece a la colección real de Amalienborg. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Un «kovsh» gigante de estilo rococó con figura de elefante con ojos de cristal y colmillos dorados y un cristal incrustado en la frente. El «kovsh» es un especie de cazo con forma de barca que se usa en Rusia para tomar bebidas alcohólicas. Pertenece a la Real Løsørefideikommis de Dinamarca. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Este tradicional «kovsh», nombre ruso que no tienen traducción al español, es una especie de cucharón o taza con asa de tamaño pequeño para beber bebidas alcohólicas. Está hecho de ágata y después recubierto de oro, diamantes y rubíes. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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La «charka» o pequeña vasija cilíndrica de 5,9 cms. de altura y 4 de diámetro se usa en Rusia para beber vodka. Está hecha de ágata y recubierta de adornos de oro con esmeraldas. Usada en banquetes de bodas reales celebradas en Dinamarca. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Marco de sobremesa hecho en plata maciza labrada con interiores cubiertos de esmaltes coloreados, cristal, soporte interior de madera y adornos en oro. La foto muestra la reina Alexandrina de Dinamarca cuando era joven. Pertenece a la colección real de Amalienborg. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Reloj de mesa de 10,5 cms. de alto con adornos de oro, platino y rubíes. Montado sobre pieza de nefrita (Jade) verde oliva oscuro. Con esmalte blanco y manecillas de oro rodeadas por corona de diamantes tallados a la Rosén. Pertenece a la colección real de Amalienborg. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Pitillera o estuche para cigarrillos hecho en oro y adornado con brillantes y diamantes tallados a la Rosén. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Pequeña caja de oro de 5,5 x 3,5 x 3,2 cms. adornada con zafiros, rubíes, brillantes y diamantes tallados a la Rosén. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Campanilla de mesa. Hecha sobre base de bowenita con adornos de oro, esmaltes y adularia o piedra de luna. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Marco redondo con adornos de oro, marfil y diamantes. En la foto; la princesa heredera Margaretha de Suecia. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Encendedor para cigarrillos en forma de huevo. Hecho de bowenita y adornos de oro, diamantes y rubíes. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Empuñadura de bastón hecha con pieza de obsidiana y adornos de oro, esmaltes y diamantes a la Rosén. Pertenece a la ex reina Anne-Marie de Grecia. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Bombonera ovalada hecha de cuarzo rosa con borde de oro y esmaltes por los orfebres de Cartier París en 1908. Pertenece a la Cartier Collection. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Collar de oro con 31 miniaturas diferentes de huevos de piedras preciosas como los zafiros, rubíes, perlas y amatistas. Pertenece a la princesa Elisabeth. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Bombonera con forma de limón de cuarzo amarillo y transparente (citrino) con adornos de oro, diamantes y rubíes. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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La princesa Benedikte de Dinamarca, protectora del Museo de Koldinghus, con su encendedor en forma de huevo creado por Carl Fabergé. (Foto: Torben Djenner / Museo de Koldinghus)
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Collar de oro con 51 miniaturas de huevos de diferentes piedras preciosas como zafiros, rubíes, perlas y amatistas. Pertenece a la princesa Elisabeth. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)
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Abrecartas hecho de una pieza de nefrita (Jade) de color oliva verde oscuro con esmaltes, borde de oro y diamantes. Pertenece a la princesa Benedikte. (Foto: Iben Kaufmann / Museo de Koldinghus)