Cuando utilizan niñas de plástico

Aumentan en todo el mundo las compras de muñecas de silicona para uso sexual que imitan cuerpos de niñas de corta edad.

© Miguel Mielgo – JM Noticias

Tienen un increíble aspecto natural y parecen que son niñas de carne y hueso, pero no dejan de ser simples muñecas de plástico y silicona.

Y no, no son las conocidas muñecas hinchables que desde hace años se venden en los «sex-shops» y páginas porno de Internet.

Son muñecas que imitan el cuerpo de una niña que ni siquiera ha llegado a la pubertad, aunque también las hay con cuerpo de niño y atributos masculinos.

En inglés las llaman algo así como «pedo-dolls», una expresión que se puede traducir como; muñecas (dolls) para (pedo) pedófilos. Nunca se podrán ver en los escaparates de las tiendas de juguetes y seguirían pasando desapercibidas para la mayoría de la gente si no fuera porque los aduaneros noruegos, junto con la policía de este país nórdico, han hecho saltar todas las alarmas.

Incautadas 21 muñecas en cinco meses.

El aumento de las importaciones de estos «juguetes» sexuales, que no son precisamente los más normales, indica sin lugar a dudas que en la sociedad nórdica existen más depravados de los que se podría pensar,  que después de usar estas muñecas podrían llegar a abusar de las niñas de verdad.

Según las estadísticas noruegas, entre octubre del 2016, que fue cuando llegó la primera de estas «pedo-dolls» a Oslo procedente de un país asiático, hasta finales de febrero del 2017, los aduaneros han conseguido incautar 21 unidades de varios modelos.

No parece que sean muchas, pero las compras siguen aumentando y la Policía tiene claro que el comprador de este tipo de muñecas no las quiere para que otras niñas jueguen con ellas.

Lo mismo sucede en los demás países europeos, no sólo en los nórdicos, aunque no haya estadísticas concretas de todos porque esta muñeca en sí, clasificada como juguete, no es ilegal.

Ahora bien, si usted como lector ha llegado hasta aquí y ya empieza a sentir cierta repugnancia por los compradores de este tipo de juguete sexual, que según los noruegos suelen ser hombres entre 18 y 60 años de edad y de todas las clases sociales, queda advertido que las descripciones de las muñecas y las fotografías facilitadas por los servicios aduaneros noruegos pueden llegar a herir su sensibilidad.

Imitan niñas entre 4 y 10 años de edad.

Las «pedo-dolls» o muñecas para pedófilos tienen más o menos un metro de altura y algunas incluso menos, para que su aspecto sean más infantil.

Su peso oscila entre los 15 y 18 kilos, dependiendo de la edad que representan, lo justo por debajo de los 20 kilos por paquete que admiten los servicios postales.

Este peso es también el adecuado para que el usuario la sienta como si tuviera una niña de verdad en sus brazos.

Fabricadas con materiales plásticos y siliconas, las muñecas no sólo imitan a la perfección la piel humana, también tienen la textura y la densidad del cuerpo de un niño o niña entre 4 y 10 años de edad.

Naturalmente que hay muñecas mucho más grandes, pero éstas ya son muñecas de jóvenes adultas.

En la foto de la derecha se pueden ver una de las muñecas infantiles que las dos agentes de las aduanas noruegas han hallado en una caja que venía por correo.

La muñeca imita perfectamente el cuerpo de una niña y se han cuidado con esmero todos los detalles. Tiene pechos con pezones, vagina, ano y cavidad bucal, aunque en la foto se vea cerrada.

La peluca, que forma parte de los complementos del envío, se ajusta a la cabeza de la muñeca aunque el pelo no se vea muy natural.  Los ojos se mueven como si fueran reales y tienen pestañas. Los dedos de las manos y de los pies tienen uñas. Además sus brazos y piernas, así como todo el cuerpo, son flexibles de tal manera que se quedan en la posición que los coloque el usuario.

Un japonés fue el primero en fabricarlas.

Las muñecas se fabrican en países asiáticos como China, Taiwán o Japón, donde tienen un mercado mucho mayor que en occidente.

El japonés Shin Takagi fue el pionero en la fabricación y venta de este tipo de muñecas sexuales. Hace 10 años que las vende bajo pedido a clientes de todos los países del mundo a través de su empresa «Trottla».

Shin Takagi dijo en una entrevista reciente, que tenía fantasías sexuales con niños de corta edad y que, por este motivo, decidió crear las muñecas con aspecto de niñas, aunque cada día piden más niños. También afirma que entretienen a los pederastas y así se evitan los abusos a los niños de verdad.

Llevan ropa interior para vestirlas.

Las muñecas se envían perfectamente embaladas y en discretas cajas de cartón, que además contienen juegos de ropa interior infantil para poder vestirlas como si fueran humanas. Es un «kit» o equipo completo de ropas y accesorios que viene incluido en la caja como «ready to use» o sea, listo para usar.

El precio de una de estas muñecas no es barato. Las hay a partir de los 1.000 dólares, el equivalente a más o menos unos 900 €, más los gastos de envío.

Algunas de las muñecas sólo se fabrican bajo pedido y según los gustos de cada comprador, que en muchos casos llegan a pagar hasta 3.000 Euros o más, aunque todo depende de lo que pida.

Lo cierto es que todos aceptan el riesgo de que la muñeca sea incautada por las autoridades del país de destino, como ha pasado en Noruega, dependiendo de las leyes y reglamentos locales.

Hay compradores convictos de abusos a menores.

El comunicado de las autoridades noruegas denunciando el incremento de las importaciones de este tipo de muñecas, señala que algunos de los destinatarios ya habían sido condenados con anterioridad por  delitos sexuales y abusos de menores.

Hay otros que tienen acceso o contacto con los niños gracias a su trabajo o familia. También hay algunos que ni la Policía ni nadie de su entorno tenía constancia de sus gustos o preferencias sexuales. Así pues, y dado que las muñecas parecen humanas, el mero hecho de tener relaciones sexuales con ellas podía hacer saltar la barrera y pasarse al abuso de menores.