El parásito de la Leishmaniasis
Soldados noruegos, holandeses y alemanes han sido infectados en Afganistán de la letal Leishmaniasis que provoca un parásito que transmite la mosca de la arena.
© Miguel Mielgo- JM Noticias
Al menos cuatro soldados noruegos, doscientos holandeses y otros tantos alemanes, todos miembros de las fuerzas de la OTAN destacadas en Afganistán, se han contagiado de Leishmaniasis, una enfermedad provocada por un parásito llamado leishmania, que transmite la mosca de la arena y que en el peor de los casos es mortal.
Según el general mayor Leif Rosén, Jefe de Sanidad de la Defensa de Noruega al diario Dagbladet, este parásito está creando graves problemas sanitarios a los soldados de la OTAN en Afganistán, especialmente a los destacados en la zona de Mazar E Sharif, en el norte del país, donde están estacionados la mayoría de los contingentes de tropas internacionales que forman el batallón de la ISAF.
Los soldados españoles que forman parte de este contingente se encuentran en la misma zona y, aunque oficialmente no se ha informado de los posibles casos de Leishmaniasis en el batallón español, sí es seguro que están expuestos al contagio.
La mosca de la arena.
Es más que probable que el contagio de los soldados noruegos se haya producido por medio de la picadura de la llamada «mosca de la arena», que transmite el parásito que portan todas las ratas del desierto.
«Esta es la zona más afectada del mundo por este parásito», dijo el general Rosén al diario, y explicó que «la enfermedad tiene un periodo de incubación muy largo y además es muy difícil de curar»
Como máximo responsable de la Sanidad militar de Noruega, el general no ocultó su preocupación por la salud de lo soldados de su país destacados en Afganistán. También explicó que este parásito puede infectar a una persona de tres formas, siendo una de ellas mortal de necesidad.
«En los casos que nos concierne, el parásito ha infectado a los soldados con la forma de la Leishmaniasis cutánea, que produce úlceras y que terminan provocando deformaciones y cicatrices permanentes. Sin embargo, también puede infectar las mucosas y, en el peor de los casos, atacar a los intestinos. En este último caso, «el diagnóstico es muy grave y tiene una alta mortalidad» dijo el general jefe noruego al diario.
Limpiar bien el terreno.
Los militares y expertos sanitarios noruego han estado estudiando y analizando la situación en la zona donde se encuentran las tropas. En un detallado informe, que ha sido presentado a los altos mandos militares de su país, recomiendan lo que se debe hacer para evitar el riesgo de contagio.
«Todos los montículos de tierra que hay alrededor de los campamentos militares deben ser eliminados. Hay que quitar los primeros 60 cms de la capa superior del suelo, donde se aposenta el campamento, y sustituirlos por otro material. Este trabajo ya ha comenzado», dijo el general Rosén.
Uniformes impregnados de insecticida.
Otra de las medidas tomadas por los militares afecta al uniforme de los soldados. Lo hacen pasar por un tratamiento de impregnación con un insecticida llamado Permetrin. Esto hay que hacerlo en Noruega y después enviar los uniformes a Afganistán.
A pesar del calor, los soldados no pueden llevar pantalón corto y es obligatorio usar camisas y chaquetas de manga larga. La protección contra las picaduras de la mosca de la arena implica que tengan que untarse la piel de todo el cuerpo con repelentes contra insectos y tengan que dormir bajo mosquiteras impregnadas con insecticidas. «Haciendo todo esto creo que podremos controlar la situación», manifestó el general.
Con todas estas precauciones, Rosén no cree que sea necesario cambiar el campamento de la ISAF a otro lugar menos peligroso. Ahora está en una zona donde los montículos de tierra se habían retirado hace 20 años y por este motivo, las colonias de ratas del desierto han aumentado considerablemente desde entonces. Quitando de nuevo los montículos y la parte superior de la tierra del campamento, se eliminaría otra vez una buena parte de las ratas y el peligro de contagio sería menor, pero aún así, todas las precaucione son pocas.
Infección mortal si afecta a las vísceras.
La Leishmaniasis es una enfermedad infecciosa que provoca un parásito llamado leishmania. Según la OMS, esta enfermedad afecta a unos 12 millones de personas repartidas en 88 países de todo el mundo.
Su fuente de infección son los animales y afecta a los roedores, perros y diversos mamíferos. En muchas regiones del continente africano la enfermedad es endémica en los perros y los carnívoros salvajes.
Los humanos pueden contagiarse de esta enfermedad por medio de la picadura del insecto denominado «mosca de la arena» que antes haya picado a un mamífero infectado. La enfermedad también puede transmitirse de madres a hijos a través de transfusiones de sangre o agujas infectadas.
Existen distintas formas de esta enfermedad y siendo la Leishmaniasis cutánea la variante más frecuente. Sus síntomas son las úlceras en la cara, los brazos y las piernas, que pueden dejar cicatrices permanentes.
La Leishmaniasis visceral es la forma más grave y si el enfermo no recibe el tratamiento adecuado, es mortal en casi la totalidad de los casos. Entre los síntomas de esta variante se incluyen los accesos de fiebre, pigmentación de la piel, pérdida de peso y alteración de los componentes sanguíneos.
Un largo y costoso tratamiento.
El tratamiento de la leishmaniasis siempre se debe realizar bajo control médico. Se utilizan los antimoniales pentavalentes, como el estibogluconato sódico o el antimoniato de meglumina, administrados por vía intravenosa o intramuscular en una dosis única diaria. Están contraindicados en personas que padezcan una insuficiencia renal, hepática o cardiaca y en las personas afectadas de tuberculosis. Otros medicamentos utilizados son la anfotericina B, la pentamidina y el ketoconazol.
No hay fármacos de prevención.
Ningún fármaco ni vacuna se ha mostrado eficaz en la prevención de la enfermedad, por lo que es necesario utilizar otras medidas preventivas. Es importante evitar estar al aire libre en las horas de máxima actividad de la mosca de la arena, es decir, entre el anochecer y el amanecer.
Si en estas horas se sale al exterior, hay que intentar cubrir la mayor parte del cuerpo con ropa. En las zonas descubiertas se deben aplicar repelentes que contengan N-dietilmetiltoluamida. También es recomendable el aislamiento de la cama con mosquiteros tupidos que estén impregnados de permetrina. (Fuente: OndaSalud.com)
En el mapa se puede ver las zonas del mundo afectadas por la Leishmaniasis. En verde, la forma visceral y más peligrosa que también se encuentra en España. En colores rojizos, la forma cutánea y la mucosa que son menos peligrosas.