¿De verdad contamos todos?
Estaba haciendo zapping para comprobar las novedadesde la oferta televisiva en España. No sé por qué razón, el mando de mi televisor decidió quedarse parado en TVE 1.
© La aguja hipodérmica – JM Noticias
A las 22:00 de ayer 22 de septiembre, Televisión Española, la televisión de todos, donde supuestamente «contamos todos», presentaba a la opinión pública la nueva programación 2004-2005 en un alarde de transparencia, con el único objetivo de que los contribuyentes supiéramos en qué se va a invertir parte de los impuestos, que rigurosamente pagamos al fisco.
Desde que tengo uso de razón nunca había visto una gala tan horrorosa. Nunca me había sentido tan avergonzado. El peloteo estaba servido continuamente, el acto totalmente politizado, el humor era tan negro que ni se veía, al menos yo no fui capaz de verlo. Un rato largo observando el espectáculo me bastó para sacar las siguientes conclusiones:
La frase «Contamos todos» no es más que un efecto de marketing. A mí, nadie me ha preguntado como espectador, dejemos aparte mi faceta de periodista, lo que quiero ver. A ver «Sabios», vosotros los que presidís el Comité, los que orquestáis el cotarro, ¿no os habéis dado cuenta que desde hace tiempo la sociedad española no se ve para nada reflejada en los medios públicos y que no gozan de los mecanismos necesarios para hacer valer sus necesidades? Pero claro, cómo os vais a dar cuenta si lo único se sabéis hacer es filosofar, escribir teorías, libros; y para la único que valéis es para impartir clases en una facultad. ¡Joder, que a todos vosotros os vino a ver la virgen en marzo!. Qué no, que no consiento que me engañen. No sean hipócritas, por favor, sólo cuentan sus decisiones y, por supuesto, la de sus superiores.
Renovar un medio, en este caso dos – radio y televisión – no consiste en gastar dinero en cambios de decorados, en sintonías, en efectos tridimensionales, en fichajes escandalosos y nefastos; en arrinconar a profesionales como la copa de un pino en los pasillos, en espera de su turno para confinarlos a las mazmorras, por el simple hecho de que fueron contratados en una época, que ahora, no conviene recordar y que incluso, algunos han puesto todo su empeño en borrar. Con un bote de pintura no se arregla nada. Es necesario ahondar más.
Las cosas se hacen de abajo arriba y no al contrario. En el momento en que seamos capaces de dejar atrás nuestra faceta de periodistas con influencias, poder y bien relacionados; y pensemos como espectadores, pondremos la primera piedra para cultivar un periodismo de calidad, nuevo y a la vez rupturista. Eso es lo que quiere la audiencia.
El método de cortar y pegar de teletipos de agencia se ha quedado apolillado, aburre, cansa, no gusta. Y ya no les cuento como responde la audiencia cuando les oye hablar de transparencia, veracidad, pluralidad. Hay muchos que se tiran por los suelos de la risa. ¿No se dan cuenta de que los medios necesitan abrir una nueva época? ¿Será que el periodo de las grandes estrellas está llegando a su fin? ¿Por qué no se piensa y se trabaja en el futuro cercano, el de la era digital? ¿Tal vez porque si se empezara a trabajar en ello, muchos periodistas perderían voz y voto; y la audiencia tomaría el timón de los contenidos?
Me di cuenta de que los medios de comunicación de titularidad pública han dejado de ser el referente de la inmensa mayoría de los españoles. Han perdido credibilidad, están cayendo en picado en el famoso índice de audiencia que pone de los nervios a los Directores Generales. Por mucho que traigamos a fulanito y menganito desde el otro lado del charco, la opinión pública se informa del acontecer diario en otros medios y sabéis por qué sucede esto…porque no se pueden utilizar los medios para otros fines que no sean los de informar. Los medios de comunicación públicos tienen que estar al servicio y velar por los intereses de la sociedad española, del españolito de a pié.
A los ratones de biblioteca, los que cobran una pasta por cambiar RNE y TVE, deciros que como continuéis tirando así de la cuerda, la cuerda se terminará rompiendo. Corréis el riesgo de que todo se os vuelva en vuestra contra. ¡Ratoncitos! convocad con carácter extraordinario al «Comité de Sabios» para que recapacitéis por el bien de la profesión, de la información y de la sociedad española, único valuarte que puede justificar vuestra existencia. Un consejo: ¡abandonad vuestras teorías y enfrentaros a la realidad!. ¿Seréis capaces de hacerlo? porque, dicho sea de paso, la mayoría de vosotros es la primera vez que pisáis un medio. Que no, que visto lo del domingo y como para RTVE «Contamos todos», no quiero seguir pagando tanta ineptitud.