Los juntaletras del copia y pega
Ratas de alcantarilla que pululan por Internet hurtando contenidos con los que alimentar el medio para el que trabajan.
© V. de Los Espadas – JM Noticias.com
Son esos buitres carroñeros que vigilan desde su pantalla a la espera de poder lanzarse sobre sus presas. Son esas hienas digitales que nunca dan la cara.Son esos oscuros y repugnantes personajes que se hacen llamar «periodistas de Internet».
Son los juntaletras del copia y pega, los que en vez de generar sus propios contenidos optan por el trabajo fácil de robar los ajenos, usando el ratón para arrastrar el botín de sus incursiones electrónicas hacia sus páginas.
Son los filibusteros de poca monta, orgullosos de haberse adjudicado la autoría de haber escrito una historia con sólo haber hecho un par de «clicks» y sin haber tocado una tecla.
Son los que no piden permiso, los que no citan, los que no enlazan, los que sólo copian y roban a los demás. Son esa manada de malparidos sin ética profesional, que hasta creen tener derecho de pernada. Ellos son la basura, la inmundicia, la peste de Internet.
Aunque la mayoría de «blogers» y «webmasters» del mundo virtual mantiene con rigor la etiqueta de la Red, haciendo la obligada referencia a la fuente de otros contenidos y enlazando a las páginas originales, las apestosas ratas que pululan en muchos de los medios tradicionales y algunos de los llamados «diarios digitales», se dedican al expolio indiscriminado de «blogs» y webs ajenas. Son esos maestros del copia y pega, tan inútiles ellos que no son capaces de teclear una frase coherente por si mismos, porque todo lo que saben hacer es copiar, hurtar o robar los contenidos de otras páginas para pegarlo en las suyas.
Entre estos depredadores del mundo hispano de Internet destacan los pajarracos de Periodista Digital. Una web que no es más que un enrevesado tinglado de feria montado por los hermanos Rojo, conocidos en el gremio de periodistas españoles por sus polémicos y dudosos métodos de trabajo y su total falta de compañerismo. Todo lo que publican en su web está copiado con puntos, comas y hasta con las erratas, de otros medios digitales.
Estos sirleros de rambla, que se esconden bajo múltiples apodos bastante horteras u que no pueden ser calificados de pseudónimos porque sería demasiado fino para ellos, acumulan en su portal un revoltijo de «pseudoblogs» en los que pegan todas las noticias robadas a otros medios. Trapichean así, en un intento de acumular visitas a cuenta de los demás, para poder vender más cara la publicidad que quieren conseguir para sus páginas.
El último de los cientos de ejemplos del copia y pega de artículos y noticias de otros, que hacen los piratas de Periodista Digital, es la historia del «presentador sueco que se come su propia carne». El texto íntegro y las fotos han sido copiadas sin permiso de la web Vertele.com, que sí tenía permiso de reproducción de la historia y cumplía con la etiqueta de cita y enlace al original publicado en JM Noticias. En la copia que hizo Periodista Digital eliminaron las referencias para así poder atribuirse la autoría y rellenar con esta historia robada su inmunda pocilga electrónica.
Sin embargo, estos no son los únicos rateros de la Red. A pesar que no cuesta nada enviar un e-mail y pedir permiso de reproducción y aunque el derecho a la cita es gratis y enlazar con la página original es demostrar honestidad, el orgullo y la prepotencia de esta chusma de ladrones de contenidos les impide reconocer que Internet no es un tugurio sin dueño, donde los chulos y los macarras como ellos creen que tienen barra libre.
Otro ejemplo del abuso de estos corsarios lo podemos ver en la web de El Semanal Digital. Hace poco publicaron un artículo (enlace ya cancelado) donde pegaron todas y cada una de las frases traducidas del sueco que habían copiado, sin citar autor ni fuente, de la misma historia publicada en JM Noticias. Y lo que es peor, que ni se molestan en contestar a las reclamaciones.
En Telecinco, especialmente en el programa de ARQ, se apropian sin pudor de imágenes, vídeos y noticias publicadas en «blogs» y webs en Internet. No tienen derechos ni permiso de reproducción y tampoco pagan por ello. Simplemente emiten lo que les parece y se quedan tan panchos, ignorando las protestas de sus autores y propietarios.
Hace unos días, en el programa de las mañanas de Telemadrid se emitió sin permiso un vídeo que llevaba el rótulo de JM Noticias. A pesar que con hacer una simple llamada telefónica o escribir un «e-mail» podían haberlo tenido sin marcas, estos chorizos cibernéticos prefieren robar antes que rebajarse a pedir o comprar el material como hacen con las agencias.
El diario El País es otro ejemplo. Copió una historia completa del periódico 20 Minutos, pero eliminando los enlaces y referencias al autor que este periódico había puesto de la fuente original, o sea, a JM Noticias.
En El Confidencial Digital se adornan con plumas ajenas y hacen suyas unas informaciones que también copiaron de las páginas de JM Noticias.
En el programa «Las Tardes de Cristina» de la Cope leen textualmente ante los micrófonos las noticias de otros medios, pero sin nombrarlos.
Jaime Peñafiel, conocido como el «mayor copión del reino», es uno de los que tampoco cita a los autores de todas y cada una de las informaciones que plagia sobre la realeza escandinava. En la Cope se le ha podido oír leer ante el micrófono el texto íntegro de un artículo publicado por Carmen Villar Mir en el diario ABC como si fuera su propia crónica, sin mentar para nada a su autora.
También algunos colaboradores de programas de TVE se dedican a leer ante las cámaras, sin cambiar una coma, los artículos que encuentran en «blogs» y web particulares, a pesar de tener prohibida la copia o redifusión sin permiso.
El caso del diario El Ideal de Jaén es de juzgado de guardia: le roban las fotos exclusivas a un fotógrafo aficionado, que tenía colgadas en su «blog», eliminan su firma y las publican como suyas.
La revista «Hola», que presume de pagar exclusivas millonarias, copia textualmente muchas de las crónicas y artículos que publican los corresponsales en Escandinavia de los diarios ABC y La Razón, o bien publica las traducciones literales de otros artículos que han sido publicados en diarios escandinavos. Nunca citan la procedencia, ni su autor y mucho menos pagan derechos. Y es que hasta para plagiar son malos porque ni saben corregir los errores.
¿Es que todas estas ratas que se hacen llamar periodistas no saben redactar dos párrafos juntos sin tener que copiarlos? ¡Malditos fuleros!.(*)
(*) Según la RAE: fulero, ra (De ful).
1. adj. Dicho de una persona: Falsa, embustera, o simplemente charlatana y sin seso.
2. adj. coloq. Chapucero, inaceptable, poco útil.