El bautizo de los ositos de peluche
Una pastora protestante danesa bautiza en su iglesia las muñecas y ositos de peluche que le llevan los niños.
© V. de los Espadas – JM Noticias
En la iglesia de Sthen, en la pequeña localidad danesa de Snekkersten, ya han sido bautizados más de 80 muñecas y ositos de peluche en los últimos dos años.
Se trata de un ritual religioso que Kirsten Knutzen, la pastora del templo, hace una vez al mes para enseñar el cristianismo a los niños.
Y nada de todo esto llamaría la atención si no fuera porque la ceremonia se hace dentro de la iglesia, casi de la misma manera que un bautizo de verdad. Algo que no ha hecho mucha gracia al obispado, que ya ha pedido explicaciones a la responsable sobre su nada tradicional oficio religioso.
La pastora, que así se llama a los sacerdotes de la iglesia protestante, nos cuenta que se le ocurrió la idea de bautizar a los ositos de peluche gracias a dos experiencias propias.
La primera fue por un recuerdo de su infancia. «Mi madre jugaba conmigo en casa a bautizar mis ositos. Ella encendía unas velas y había un barreño especial para el agua. Lo recuerdo muy bien» explica Kirsten Knutzen.
«La otra fue cuando abrieron en Lyngby una tienda de «Build-a-bear». Ahí tuvieron la idea de dar una identidad a los peluches, además de un certificado con el nombre. Fue entonces cuando yo pensé; dado que somos un país cristiano ¿por qué no bautizarlos? » dijo la religiosa.
Y del dicho al hecho, porque aparte de los normales servicios religiosos, ahora en la iglesia de Sthen se celebran también los rituales para bautizar peluches y muñecas de los feligreses más pequeños.
Ahora bien, y si no lo impide el obispado, la larga lista de nombres de ositos bautizados tendrá su momento cumbre en Mayo de este año. Kirstsen Knutzen tiene la intención de bautizar y casar a su propia pareja de peluches, pero al mismo tiempo que todos los demás que quieran llevarle los niños.
«Tengo mucho cuidado que no sea una ofensa a Dios. Si la ceremonia fuera igual a la del bautizo oficial sería una blasfemia. Por tanto, para el acto uso siempre mis propias palabras y hago variaciones del ritual que todos conocemos» matizó la pastora.