Errores en las teles españolas
Desde faltas de ortografía que ni se molestan en corregir, a las expresiones soeces que se publican sin saber su significado.
© V. de los Espadas – JM Noticias
El adoctrinamiento político en escuelas, junto con las políticas lingüísticas de las autonomías, y aderezado todo con programas basura de las televisiones tanto públicas como comerciales, tienen la culpa de haber convertido a casi toda una generación de españoles en arrogantes analfabetos y soberbios ignorantes.
Y es que a pesar de diez años de colegio, cuatro de facultad y alguna que otra maestría o prácticas, la mayoría de los licenciados «periolistos» de hoy día, que no periodistas, son incapaces de escribir dos frases sin faltas de ortografía o simplemente redactar una historia sin copiar y pegar párrafos de un teletipo u otro texto, que además buscan en Internet.
En la Sexta no saben ortografía.
Los casos de las faltas son más visibles en las televisiones y en los titulares de los medios digitales. En la Sexta, más conocida en las redes sociales como «La Secta» por ser el ministerio de propaganda de las izquierdas, las faltas de ortografía en rótulos y titulares de informativos aparecen casi a diario en la pantalla. Lo peor es que no las corrigen, no se disculpan y ni siquiera se avergüenzan de ellas, seguramente porque la mayor parte de su público no sabría decir si está bien o mal escrito.
El último ejemplo de esta barbarie lingüística se puede ver en la captura de pantalla de arriba a la derecha. Nada menos que tres faltas en una sola línea de texto. La primera es «digera», que se debe escribir con jota. Luego aparece un «lo», que en este caso debería ser «le» y finalmente ese escandaloso «apollar» con elle, que hace que duelan los ojos al verlo. ¿Alguien da más?
La tele pública de ignorantes.
En Televisión Española los errores y otros fallos no tienen perdón. Las faltas de ortografía de los politizados «funcionarios periolistos» de la cadena pública, que llevan años apoltronados gracias a que han superado una oposición, están a la orden del día. Muchas veces se las tienen que corregir los técnicos más veteranos porque les da vergüenza ajena ver lo que hacen los redactores titulados.
La falta de un conocimiento de materias básicas, algunas de colegio como la geografía, resalta la ignorancia de los más jóvenes que hasta llegan a confundir Suecia con Suiza e insisten en su error.
Otro de los problemas que tienen en TVE es el casi nulo conocimiento de algunos idiomas extranjeros como el necesario inglés. Por ejemplo, los presentadores de los telediarios no son capaces de pronunciar bien un nombre propio en inglés y mucho menos escribirlo.
Todo lo tienen que tener traducido y a nadie se le ocurre pensar que pueda estar mal lo que dicen. Sólo les vale lo que les llega en los teletipos de la agencia EFE y lo que digan en el chiringuito de Fundeu, el que montó ZP para colocar a los suyos a pesar que la autoridad lingüística es la RAE.
Ahora bien, en la televisión pública española, financiada con dinero de los contribuyentes españoles, todos se esmeran en decir correctamente en catalán los nombres de ciudades, políticos o instituciones catalanas, a pesar de estar hablando en español para toda España.
El ridículo del «glory hole» de TVE.
La última metedura de pata con el inglés de TVE ha tenido repercusión internacional. En algunos medios nórdicos, como en el periódico danés BT, se han hecho eco del ridículo de la cadena pública española con su nuevo «glosario» del golf. En TVE tampoco saben que la expresión «hoyo en uno» es «hole in one» en inglés y no la sucia y sexual «glory hole» que han puesto en pantalla.
El llamado «glory hole» (agujero de gloria) no es un hoyo sino una expresión que define un agujero en la pared de un váter público o de un burdel, donde se introduce el pene para ser atendido sexualmente al otro lado sin poder ver quien lo hace.
Ni que decir tiene que tampoco saben que los ciudadanos del Reino Unido son ciudadanos británicos y no ingleses. Y mucho menos que es familia real británica, no inglesa. Pero si uno lo dice mal, el resto se limita a repetir como loros.