Una planta que delata las minas
Científicos daneses consiguen desarrollar una planta que cambia de color cuando detecta explosivos en la tierra.
© Miguel Mielgo – JM Noticias
Un grupo de científicos daneses ha conseguido desarrollar una pequeña planta que cambia de color cuando sus raíces detectan explosivos enterrados.
La Cruz Roja, además de otras organizaciones que luchan por eliminar los millones de minas antipersonal dispersas por todo el mundo, consideran el descubrimiento como una idea revolucionaria e innovadora.
Para la Cruz Roja esta planta podría solucionar la difícil búsqueda de más de 100 millones de minas antipersonales que están enterradas en 75 países de todo el mundo.
En botánica su nombre es «arabidopsis». En Dinamarca se la conoce como «gåsemad» (Comida de Ocas) y en España como la planta de la mostaza.
Es un pequeño y vulgar hierbajo del tipo de las herbáceas que crece indiscriminadamente en muchos lugares del mundo. Ahora, y después de haber sido genéticamente manipulado, sus hojas cambian de color cuando sus raíces detectan el material explosivo bajo la tierra.
Sólo cambia de color cuando hay explosivos.
La planta sólo es capaz de producir los colorantes rojos cuando sus raíces entran en contacto con las fugas del material explosivo que se halla las minas enterradas. Si no hay explosivos, sus hojas y su tallo se mantienen verdes.
Una mina emite siempre NO2 (Dióxido de Nitrógeno) y los genes de esta planta están preparados para reaccionar ante la presencia de una molécula de TNT. De una mina enterrada se fugan millones de estas moléculas. La planta es sensible al NO2 que hace que sus hojas y tallo crezcan con el color rojo.
Tres años de investigaciones.
Este es el resultado de más de 3 años de investigaciones de un proyecto de la empresa danesa de biotecnología Aresa, en colaboración con la Universidad de Copenhague.
Aunque todavía no ha sido probada en un auténtico campo de minas, los experimentos realizados en los invernaderos del centro de investigaciones científicas de Risö y Copenhague, ambos en Dinamarca, demuestran que reacciona ante la presencia del material explosivo de las minas enterradas.
«Hemos conseguido que cambie de color cuando entra en contacto con ínfimas cantidades de explosivos, pero todavía nos falta desarrollar el ejemplar definitivo» explicó Simon Östergaard, doctor en biotecnología y director de Aresa. «Es sólo una cuestión de tiempo, pruebas y recursos antes de llegar a la meta» manifestó el doctor al diario danés Politiken.
La planta puede ser sembrada sobre campos de minas como si fuera un cereal y, para evitar las críticas de los grupos ecologistas sobre la manipulación genética, los científicos se han asegurado que no pueda reproducirse ni extenderse por sí misma. La función de la planta es crecer, detectar las minas o explosivos y desaparecer sin dejar rastro. Tras la siembra, tarda en alcanzar su madurez entre 4 y 8 semanas y además puede hacerlo en la mayoría de los climas y terrenos del mundo.
Los múltiples conflictos bélicos que existen en muchos de los países del mundo hacen que cada año se coloquen al menos 2,5 millones de nuevas minas antipersonal y sólo se lleguen a desmontar alrededor de 100.000. Las minas antipersonales causan la muerte o invalidez de entre 15 y 20.000 personas al año en todo el mundo.