COP15, manifestación con 968 detenidos

Más de 100.000 activistas de 65 organizaciones y otros tantos países participaron en la manifestación de Copenhague, donde hubo disturbios y acabó con 968 detenidos.

© V. de los Espadas – JM Noticias

Era la 1 de la tarde del sábado 12 de diciembre. En la plaza del castillo de Christiansborg, la sede del «Folketing» (Parlamento danés) no cabía ni un alfiler y estaba a rebosar de gente.

Una hora después, la masa humana que estaba compuesta por miles de activistas y manifestantes venidos de casi todos los países del mundo, se puso en movimiento para comenzar un peregrinaje de poco más de 6 kilómetros por las calles de la capital danesa. Iban en dirección al Bella Center, el centro de convenciones en las afueras de la ciudad donde se celebra la COP15, la Cumbre de Clima de las Naciones Unidas.

Los organizadores habían calculado que serían unas 50.000 personas, pero sus previsiones quedaron desbordadas porque eran más de 100.000 participantes los que acudieron a la cita.

También habían previsto que sería una manifestación pacifica para todas las edades, donde todos estaban unidos por el clima, sin distinción visible de nacionalidad o lengua.

Fue un grupo de vascos, que debieron creer que venían a Dinamarca a ver un partido de fútbol del Bilbao, los únicos que desentonaron entre la colorida multitud de manifestante portando al hombro sus «ikurriñas».

No era el lugar ni el momento de hacer reivindicaciones nacionalistas, pero ya se sabe que siempre hay alguien dispuesto a dar la nota.

(Pulsar en las fotos para ampliar)

Lo que comenzó como una marcha pacifica y festiva, con coloridas pancartas sobre la Cumbre del Clima, música y cantos para exigir un acuerdo global que frene las emisiones de CO2 y se salve el planeta, se convirtió poco minutos después en una serie de actos violentos y vandálicos, especialmente en la retaguardia de la manifestación.

Liderados por un grupo de participantes del «bloque negro», llamados así por el color de su vestimenta, alrededor de 300 individuos, algunos encapuchados, comenzaron a tirar piedras y romper las ventanas del «Børsen», el histórico edificio de la Bolsa de Copenhague,  atacando también las oficinas de un banco cercano.

La Policía, que estaba preparada para actuar, intervino rápidamente antes que el final de la manifestación cruzara el puente que une el centro de Copenhague con la isla de Amager, donde se encuentra Bella Center.

En una maniobra que la Policía danesa llama «tenaza», los agentes cortaron el final de la manifestación, donde estaban los violentos, dejando encerrados en un cruce de calles a cientos de manifestantes.

Y ahí comenzó la batalla entre gritos de «No justice, no peace – Fuck the police» (No justicia, no Paz, que se joda la Policía).  Y ahí empezaron las detenciones en masa, que a más de uno le pillaron en medio, aunque no tuviera nada que ver con los disturbios.

Momentos antes habían detenido a 19 de ellos y además, uno llevaba en su mochila dos artefactos pirotécnicos de alta potencia. Eran los conocidos como «bombas de crisantemo», que si explotan en el suelo, pueden arrancar las piernas a cualquiera que esté a un par de metros de distancia.

Pero a pesar que el enviado de un medio español aseguraba que no hubo violencia en la manifestación, las fotos demuestran lo contrario y que no todo era una baile de rosas. Tal vez no estaba en el lugar adecuado, ni preparado para estar allí. Los periodistas daneses y demás países nórdicos acudimos a estos saraos con casco, máscara de gas y chaleco antibalas, además de la vestimenta adecuada. Así que, por lo menos, ahora el español ya lo sabe para la próxima vez.

La Policía, tras acorralar y dividir a los manifestantes en grupos y ante la imposibilidad de identificar a los provocadores y culpables, optó por el arresto preventivo de todos los que habían acorralado.

Uno por uno, como ya explicamos la táctica que emplearon en el artículo «Copenhague, todo listo para la guerra», los detenidos fueron esposados con cintas de plástico y sentados en el suelo uno detrás de otro (ver fotos abajo). Esto es lo que se conoce en danés como hacer el «futtog» (el trenecito).  Sentado con las piernas abiertas, las manos atadas detrás, pegado al que está delante y sin poder moverse.

Tres horas después, mientras el grueso de la manifestación llegaba de forma pacifica y sin disturbios a Bella Center, los detenidos seguían sentados en el suelo a la espera de ser trasladados en autobuses a las jaulas instaladas en la llamada «Klimafængsel» (Cárcel del Clima), un viejo almacén al suroeste de la ciudad. Mientras esperaban, ninguno se podía mover, el suelo estaba frío, y muchos se orinaron encima al no poder aguantar. Otros, sin embargo, lo hicieron de miedo hacia los perros de la Policía que impedían de forma efectiva que alguno intentara levantarse.

Al final fueron un total de 968 los detenidos, según fuentes policiales. Algunos fueron puestos en libertad más tarde, ya por la noche, pero en pequeños grupos. Otros, quedaron retenidos en las jaulas de la «Klimafængsel» hasta el día siguiente.

La Policía danesa tiene la potestad para poder mantener encerrado a un detenido durante 24 horas antes de ser presentado ante un juez y también 12 horas de forma preventiva.  Después, los que sean extranjeros y si se demuestra que participaron en actos violentos,  todo está grabado con cámaras de vídeo,  son multados. Si el juez no ordena prisión, tras pagar la multa son deportados a sus respectivos países.

Pero mientras todo esto ocurría al principio de la calle de Amagerbro,  que traducido significa «calle del puente de Amager», no muy lejos de allí, en el exterior de Christiania, la Policía se enfrentaba con gases lacrimógenos y porras contra otro grupo de manifestantes violentos que habían escapado del cerco policial. Lanzaban adoquines, botellas, piedras, cohetes y hasta llegaron a incendiar varios coches. Un policía resultó herido de una pedrada en la cabeza, pero no fue grave aunque tuvo que ser ingresado.

JM Noticias contaba todo esto ayer en directo a través de Twitter. Además, y por medio de la «webcam» móvil del diario danés Extra Bladet, se podía ver todo lo que estaba pasando desde dentro de la manifestación; la acción policial, el arresto y esposado de los manifestantes detenidos y demás detalles. Todo ello en directo y en primera fila.

Esta primera manifestación masiva no será la última de la Cumbre del Clima en Copenhague. Todavía quedan cinco días de conferencia y, aunque la batalla del sábado ha terminado, aún quedan otras muchas por librar.

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