Bronca en el castillo real

Magdalena de Suecia discute con su hermano Carlos Felipe por culpa de su novia Sofía y el rey pide al prometido de su hija que le ayude a imponer la calma.

© V. de los Espadas – JM Noticias

No es la primera vez, ni tampoco será la última, que la princesa Magdalena de Suecia discute con su hermano el príncipe Carlos Felipe o con su hermana la princesa Victoria.

Los ecos de los portazos con los que Magdalena solía zanjar en su adolescencia las discusiones familiares en el castillo de Drottningholm, residencia de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, se oían retumbar como truenos por los pasillos de la vieja fortaleza, llegando incluso hasta las caballerizas.

Ahora Magdalena, que reside en Nueva York desde hace casi tres años, cuando rompió su compromiso con el abogado Jonas Bergström porque le puso los cuernos con una deportista noruega, se va a casar con su actual prometido, el estadounidense de origen británico Christopher O’Neill.

Todo ello suponiendo que no pase nada que impida el enlace o salga a la luz un nuevo escándalo.

Y es que aunque las desavenencias entre hermanos suelen ocurrir hasta en las mejores familias, lo cierto es que la benjamina de los monarcas suecos siempre ha estado acostumbrada a conseguir lo que quiere y hacer lo que le da su real gana.

No quiere damas de honor.

Será una boda de «cuento de hadas», dijo la propia Magdalena en una entrevista que publica la web de la Casa Real. Una ceremonia que tendrá lugar el 8 de Junio, dos días antes de su 31 aniversario, en la «Slottskyrkan» (La Capilla del Castillo), del Castillo Real de Estocolmo.

«Madde», como la llaman en casa, dice también en la entrevista que no va tener damas de honor que le acompañen, pero sí «brudnäbbar» (pajes y damitas) que lleven las flores, «porque es una tradición».

Lo que no dice la «party» princesa, llamada así en sus años locos de moza porque era asidua de garitos de moda en la noche de la capital sueca, es el verdadero motivo de no tener damas de honor en su boda.

Sonora bronca en el castillo.

Según el diario Expressen, esta «excusatio non petita» (excusa no pedida) se debe a la fuerte bronca que Magdalena tuvo con su hermano Carlos Felipe por culpa de Sofía Hellqvist, la novia no oficial del príncipe.

Hacía ya más de tres semanas que «Madde» había pedido a sus mejores e íntimas amigas, todas ellas de buenas familias, que fueran damas de honor en su boda.

Se trata de Charlotte Cederlund, que se soltera se apellidaba Kreuger, de Katarina von Horn, de Natalie Werner, de soltera Rosta, de Louise Gottlieb y de Emma Pernald. Todas ella habían aceptado y Magdalena había informado de ello al resto de su familia.

Pero da la casualidad que la última de estas cinco amigas, Emma Pernald, fue durante muchos años novia de su hermano Carlos Felipe. Y al enterarse el príncipe que su ex iba a ser dama de honor en la boda de su hermana, exigió a Magdalena que también lo fuera su actual novia Sofía Hellqvist.

Madde se negó rotundamente y tras una fuerte discusión a gritos, que esta vez fue oída por casi todos el servicio del castillo, Carlos Felipe dio un ultimátum a su hermana: si Sofía no es dama de honor, él no será el «best man» (padrino) de Chris O’Neill.

Sofía es la causa de la polémica.

De todos es conocido que Sofía Hellqvist, una ex participante de un «reality» para adultos con la que Carlos Felipe está encoñado, no es del gusto de Magdalena, que además no soporta su presencia.

En la boda de la princesa Victoria en Junio del 2010, Magdalena tuvo que aceptar que Sofía fuera invitada a la ceremonia, pero acompañando a Chris O’Neill, ya que al no estar todavía prometidos oficialmente, ni su hermano ni ella podían estar con sus respectivas parejas en un acto oficial.

Lo que muy pocos sabían, y que hace poco ha salido a la luz, es que Chris y Sofía se conocían de antes. Fue en una fiesta en Nueva York, cuando Sofía andaba de caza por esos pastos y Chris hacía lo mismo con las locales. Aparte de la coincidencia de haberse visto y saludado en una fiesta, parece que de momento no hubo otra relación.

No se sabe si al final Carlos Felipe será o no el «best man» del prometido de Magdalena. Lo que si se sabe es que la princesa ha cambiado a las damas de honor por los pajes para no tener que invitar a Sofía.

El rey pide ayuda.

Eran las ocho y media de la mañana del martes 26 de Febrero cuando varios testigos vieron a Magdalena recoger con su coche a Chris O’Neill en un hotel del centro de Estocolmo.

El vehículo de la princesa se dirigió de inmediato al castillo de Drottningholm. Según el Expressen, el prometido de la princesa había llegado la noche anterior en el último avión procedente de Londres sin que nadie lo supiera.

La pareja tenía una cita secreta y privada con el monarca a las 9 de la mañana para hablar de la boda. El rey Carlos Gustavo había convocado Chris para que participara en los preparativos del evento, pero en realidad lo que quería es que le ayudara con su hija, para que no tuviera más discusiones con su hermano.

En la agenda de la reunión estaba tomar decisiones sobre el menú del banquete y la lista de invitados, pero la cuestión no escrita era encontrar una solución a la negativa de Carlos Felipe a ser el «best man» (padrino), si su novia Sofía no era la dama de honor. Con Chris a su lado, Magdalena sería más flexible y no saldría de la sala dando uno de sus famosos portazos.

Fin de semana en el campo.

El cabreo del príncipe Carlos Felipe con su hermana era de tal magnitud que se fue con su novia a pasar el fin de semana a su casa de campo y no saber nada de la familia.

Carlos Felipe ni siquiera quiso pasar por el castillo de Haga para felicitar a su sobrina Estelle, la hija de los príncipes Victoria y Daniel, que el sábado 23 de Febrero cumplía un año, para así no encontrarse con «Madde»

De momento tampoco ha trascendido nada de las negociaciones de «paz» entre los hermanos, pero el asunto va para largo porque Chris volverá a Nueva York a finales de semana, aunque no se sabe si Magdalena lo hará con él el mismo día  o irá más tarde.

Por parte de la Casa Real, no se han hecho comentarios porque se trata de asuntos privados de la familia real.

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